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Tres destellos acaban con el Mallorca

Alex Martínez Roig

El Real Madrid solucionó el obstáculo del Mallorca con solvencia profesional. Pero ni vibró ni provocó entusiasmos. Se limitó a marcar los tres goles que. le reclama el reglamento para mantenerse vivo en la Copa. No buscó nada más. Fueron tres destellos en una noche gris. El Mallorca, disciplinado y con oficio, impidió que el Real Madrid se lanzase a una borrachera ofensiva para reconciliarse consigo mismo y con el público. Ni se atrevieron los hombres de Benito Floro ni el equipo estaba para alegrías.

El Mallorca es un Segunda superior a seis o siete equipos de Prirnera,. Jugó la final de la Copa hace dos años (perdió con el Atlético en la prórroga) y cuenta con jugadores de calidad. Su entrenador, Serra Ferrer, huyó de las defensas numantinas que acostumbran a traer al Bernabéu los equipos cobardes. El Mallorca intentó defender lejos de su área, buscó ahogar las bandas, y trató de controlar el balón el máximo tiempo posible cuando estaba en su poder. Sólo le faltó una cosa: ambición.

El Real Madrid jugó al trote, buscando triangular en la zona minada del Mallorca. Penetrar era muy difícil, porque las bandas estaban cerradas, y por el centro Prosinecki, lento, no encontraba la conexión de sus compañeros. La resistencia duró 35 minutos, hasta que apareció Zamorano y definió en dos remates oportunistas.

Otro equipo con menos oficio se habría venido abajo. El Mallorca, no. Ganó en profundidad en la segunda parte con Milojevic y Gálvez, y sólo los errores bondadosos de sus delanteros evitaron la prórroga. La jugada clave llegó en el minuto 59. Con la portería vacía, Gálvez empujó inocentemente el balón y Rocha llegó a tiempo para salvar bajo los palos el 21. Sólo cuatro minutos después, Alfonso lograba el 3-0.

El Mallorca presionó al Madrid, que se encontró encerrado en su campo. Pero era un presión blanda, sin excesiva convicción. Como si el equipo balear asumiese su cruel destino.

El único que se salió del guión, gris y anodino, fue Rocha. Anda el brasileño empeñado en convertirse en el héroe de la grada. Cree necesitarlo para ganarse una renovación que no entusiasma a los técnicos. Pero un examen malévolo de sus acciones descubre ciertos trucos. A Rocha le gusta ser jaleado pero no tiene pudor en abrir los brazos y abroncar a sus compañeros cuando la defensa es desbordada. Y en más de una ocasión el fallo es suyo.

La noche no fue propicia para el espectáculo ni tampoco para nuevos descubrimientos. Pero nadie puede acusar al Madrid de no ser eficaz. A estas alturas de la temporada sigue con opción en la Copa de la UEFA, en la Liga y en la Copa del Rey. Aunque aún no enamora.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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