Horado Leiva, un guardián a la vieja usanza

La carrera de Horacio Leiva del Río en el fútbol está mucho más vinculada, en los últimos años, a sus cargos en el Comité de Entrenadores, ya sea el asturiano o el nacional, que a la práctica activa de esa actividad. Su mayor reto fue también su mayor fracaso. En 1970, con el Oviedo en Segunda, el entonces presidente, Enrique Rubio Sañudo, lo contrató para que el club recuperase categoría y prestigio. Sin embargo, lo destituyó el 26 de septiembre, nada más comenzar la temporada. El resto de su currículo se circunscribe a equipos asturianos de categoría inferior a la Segunda División.Leiva, sin embargo, lleva en el Colegio de Entrenadores desde siempre. Ahora, incluso pertenece al comité europeo. Desde esa tribuna aplica sin dudarlo y a rajatabla la normativa de que un entrenador destituido no puede hacerse cargo de otro equipo la misma temporada. Lo ha hecho siempre así y en cualquier circunstancia, y para ello acude a argumentos federativos.

La asamblea del fútbol ha ratificado varias veces ese criterio que afecta al régimen interno del Comité de Entrenadores y que figura, por última vez, en la circular número 20 de la Federación Española de Fútbol de la temporada 1990-91.

Para Leiva y otros muchos dirigentes del fútbol, la cuestión es meridianamente clara, aunque la legislación laboral permita la contratación. Si algún técnico no hace caso de la norma interna, el colegio amenaza con el comité de jurisdicción y el de disciplina deportiva para que se respete.

Para Leiva, el asunto está claro, y así lo ha reiterado una y otra vez cada vez que se plantea esta situación, ya sea con gente tan conocida como Irureta o Luis Aragonés -que fue tentado por el Real Madrid cuando entrenaba al Español- o el de un desconocido de Segunda B. "Irureta es un caballero en todos los sentidos. El reglamento está claro en este aspecto. Comprendo a Irureta y está claro que a nadie le amarga un dulce, pero los criterios no pueden cambiar de un día para otro", argumenta Leiva.

Leiva, que es un conversador infatigable, prefiere no entrar en discusiones públicas llegado este caso y habla con las partes interesadas para recordarles cuál es la norma. Formado en la vieja escuela federativa, sostiene que todos estos asuntos son internos y debe resolverlos la federación, y no organismos o instituciones ajenas.

En su vida profesional, Horacio Leiva es empresario y conocido militante del PP, al que ha representado, por ejemplo, en el Consejo de Administración de la Caja de Ahorros de Asturias.