Unos padres de 16 y 14 años

Yolanda Cano, de 16 años, y Andrés Páez, de 14, se han convertido en unos jovencísimos padres el domingo pasado en Tarragona. Yolanda no cumplía los nueve meses de embarazo hasta el 27 de enero, pero el día 10 tuvo a su hijo, y todo fue bien. Ahora el pequeño Andrés, guapo y sonrosado, que pesó al nacer 2,200 kilos, se estira y duerme plácidamente en una incubadora de la unidad de prematuros del hospital Juan XXIII, de la ciudad, ajeno a las circunstancias familiares que le rodean.En la planta de maternidad del centro, Yolanda no es la única mujer-niña que ha tenido un hijo. Hay otra en la habitación de al lado y otra en la siguiente. Cuando Yolanda pasa con los periodistas camino de la incubadora para fotografiarse con su hijo, le dice una, asomándose al pasillo: "¿Qué? ¿Aún no te dejan en paz?". Y es que han recibido numerosas visitas de los medios de comunicación. Se dice en el hospital que todo fue culpa del abuelo, un joven de 35 años que tenía ganas de fama y de conseguir alguna ayuda para su nieto. Para conseguirlo, empezó a marcar números de teléfono.

La precocidad le viene de familia a este padre de 14 años, aún imberbe, con cuerpo de niño, buen corte de pelo y pendientes en las orejas. Su padre, Francisco Páez, que ahora es pescador y ha trabajado también de peón, y su madre tuvieron a Andrés cuando ella tenía sólo 16 años. Yolanda, que ayer empezó a darle el pecho a su hijo, con siete hermanos en su casa y madre viuda, ha dejado de cuidar a su hermano pequeño de dos, años y medio, mientras su madre trabajaba de cocinera en un restaurante, para cuidar ahora su propio hijo.

Estos padres-niños, muy puestos en su papel, enamorados de su bebé, vivirán con los padres de Andrés en una humilde casa del casco antiguo de la ciudad. Dejaron la escuela hace tiempo, no tienen trabajo y vivirán de los padres. Estos, cuando supieron que venía en camino un nieto, dijeron aquello de "a lo hecho, pecho".-