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Ocho federaciones asignan sueldos de entre seis y diez millones anuales a sus presidentes

Robert Álvarez

Ocho presidentes de federaciones deportivas españolas pasarán a percibir un sueldo mensual a partir de 1993. Sus emolumentos oscilarán entre 6 y 10 millones de pesetas y, en varios casos, ello no les supondrá una dedicación exclusiva a la gestión de sus respectivas federaciones. Hasta hace un año la ley prohibía que el cargo fuera remunerado, pero el Consejo Superior de Deportes (CSD) considera que la gestión de algunas federaciones puede ganar en transparencia y profesionalidad. Los presidentes mantienen criterios absolutamente dispares en cuanto a aprovechar la posibilidad de cobrar por sus cargos.El Consejo Superior de Deportes (CSD) ya permitía que el máximo mandatario del fútbol español, Angel María Villar, percibiese un sueldo desde que tomó posesión de su cargo en 1988, aunque el mismo se presupuestara en la partida de gastos de representación. Un año después sucedió algo similar con el presidente de la Federación de Remo, José Fernández Vaqueriza. Ahora, recién celebradas las elecciones en la mayoría de las federaciones, seis presidentes más han expresado su deseo de cobrar por su trabajo en este cargo: Ernesto Segura de Luna (baloncesto), Agustí Pujol (tenis), Joan Serra (ciclismo), Jesús Orozco (gimnasia), Rafael Blanco (natación) y García Angulo (pelota).

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La deuda

Segura de Luna, candidato único en las últimas elecciones a la Federación Española de Baloncesto, pretende cobrar unos nueve millones de pesetas brutos que, con las correspondientes deducciones, calcula que le pueden suponer unas 400.000 pesetas mensuales. Ello no llevará aparejada una dedicación exclusiva. El argumento de Segura de Luna, que pronto cumplirá 14 años en el cargo, es simple: "Hasta ahora la ley no permitía cobrar y ahora sí. Si se puede cobrar, se cobra. He sacrificado mucho tiempo y durante muchos años a la federación, con consecuencias económicas y farniliares". Segura de Luna posee un bufete de abogados en Barcelona y ya puso como condición, antes de presentarse a la reelección, que debía percibir una compensación económica.

Tenis y ciclismo

En una situación semejante se encuentra Agustí Pujol, presidente de la Federación Española de Tenis, quien, a falta de que la asamblea fije su remuneración, se calcula que puede percibir entre cinco y ocho millones anuales. Pujol, arquitecto, coincide con Segura de Luna: "Más que bueno o malo, considero que es correcto, legítimo y justo que cobremos. El grado de responsabiliclad, atención y dedicación así lo aconsejan". Y añade: "No puedo ser un mecenas del deporte ni soportar una dedicación tan intensa como requiere la federación de forma desinteresada".Joan Serra prevé no sólo profesionalizar su cargo, sino tambien el de las principales comisiones de la Federación de Ciclismo: la económica, la técnica, la médica y la de asuntos internacionales, además de una de reciente creación como es la de mercadotecnia. "La federación no deja de ser una empresa en la que además se maneja dinero público", asegura Serra. "Tengo negocios particulares [forma parte del Consejo de Administración de una empresa en Palma de Mallorca de la que fue gerente y desde que soy presidente he tenido que abandonarlos porque el ciclismo me absorbe todo mi tiempo". El decreto sobre federaciones deportivas señala: "Los miembros de la Junta Directiva, a excepción de su presidente, no serán remunerados".

José Luis Orozco estima que casi todos los presidentes de federaciones acabarán optando por ser remunerados: "De esa manera nos haremos más responsables de nuestra gestión". Rafael Blanco accedió hace escasas fechas a la presidencia de la Federación de Natación con un programa en el que se incluye su intención de acogerse, "a medio plazo", a la posibilidad de cobrar. Blanco ha pedido una excedencia a la Junta de Andalucía para dejar de ejercer como médico en Córdoba. "Las estructuras de las federaciones han quedado desfasadas", precisa Blanco, "porque el presidente tiene todas las potestades y ello exige una dedicación plena, al menos en las grandes federaciones".

El pionero en la profesionalización de su cargo es Ángel María Villar. Conocedor de la situación al haber sido directivo en la época en que José Luis Roca dirigía la federación, Villar exigió una remuneración que le permitiera dedicarse en exclusiva a la misma. Al no existir entonces, en 1988, una ley que hiciera posible asignarle un sueldo, se pactó con el Consejo Superior de Deportes unos gastos de representación fijos de unas 300.000 pesetas mensuales. Una vez aprobada la ley, la asamblea del fútbol también dio su visto bueno para que Villar cobrara un sueldo de 490.000 pesetas, según fuentes de la federación. Estudios comparativos demuestran que, aun con ese sueldo, Villar es más barato que sus antecesores, algunos de los cuales cobraron dietas de 12.000 pesetas diarias, gastos aparte. "Que Villar cobre y que lo haga público es positivo porque ha acabado con la imagen de que aquí todo eran mangoneos", cuenta un veterano trabajador de la federación.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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