Amotinamiento en el centro de extranjeros
Los presos del centro de internamiento de Moratalaz, donde la policía retiene a los inmigrantes ilegales hasta el día de su repatriación, organizaron el miércoles una revuelta que comenzó por la mañana y terminó a las diez de la noche con la actuación de los agentes antidisturbios. Las condiciones "inhumanas" de hacinamiento en que viven los 89 reclusos fueron, según el Sindicato Unificado de Policía, la causa de la revuelta.
El pasado martes, varios internos presentaron un escrito al director del centro. Se quejaban de que la policía se niega a calificar la instalación como presidio, y de que, por tanto, el local carece de elementos fundamentales que se pueden encontrar en cualquier cárcel. Pedían un lote de aseo (champú, cepillos de dientes ...), sábanas limpias y en buen estado, y una máquina de bebidas o cafetería. Se quejaban también de que las habitaciones están cerradas de 8.00 a 13.30 y de 17.00 a 20.00. Durante ese tiempo han de compartir una sala común saturada. Y sobre todo pedían la agilización de los trámites de cada uno, ya sea para la expulsión o la permanencia.
Destrozos
Los extranjeros quemaron dos colchones, rompieron el circuito de televisión interno, los lavabos y las tuberías de las celdas. El humo del incendio los asfixiaba, puesto que el centro se encuentra en un sótano con muy pocos respiraderos. Los bomberos tuvieron que romper las ventanillas que daban al exterior para introducir las mangueras. Después entraron los antidisturbios.La policía los trasladó a las comisarías de Aluche, Sol y La Estrella, donde continuaron las revueltas. En los calabozos de La Estrella, uno de los presos, italiano, quemó una colchoneta, y otro, argelino, rompió varios cristales y se "autolesionó" en los antebrazos, según fuentes de la policía. Tras la intervención de varios agentes antidisturbios, el argelino tuvo que ingresar en una casa de socorro con heridas en un dedo y en el muslo derecho.
En el día de ayer, sólo durmieron en el centro 29 presos. Unos 50 continuaban en los calabozos de las comisarías, y 10 fueron repatriados. Los alicatados de una celda se encontraban arrancados de las paredes, las celdas anegadas y las pinturas ennegrecidas por el humo. Tras los incidentes, la empresa encargada del mantenimiento del local recogió una veintena de barras de hierro entre los colchones.
El pabellón donde se encuentran retenidos los extranjeros sólo tiene capacidad para acoger a unas 50 personas, según un informe del Defensor del Pueblo.
"Los reclusos pueden ser retenidos ahí hasta 40 días, pero cuando llevan más de 15 ahí se vuelven locos", declaró un portavoz del sindicato policial.
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