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Pasiones encontradas en casa de 'Stalin'

Poca unanimidad en Moscú en la presentación del filme norteamericano sobre el dictador

Si los comunistas que el pasado 7 de noviembre conmemoraron el 75º aniversario de la revolución bolchevique junto a lo muros del Kremlin hubieran ido por la noche a la Casa de los Cineastas, su furia no hubiera tenido límite. Allí, ante 1.000 escogidos, se presentaba la película Stalin, que trata de reproducir la vida del feroz tirano responsable de la muerte de millones de personas.La cinta -una producción televisiva de la Home Box Office, un canal norteamericano de televisión por cable- comienza en 1917 en Siberia, cuando Stalin fue rechazado como soldado del Ejército zarista, y termina con su muerte, en 1953. Los autores del telefilme se concentraron en su vida familiar desde el punto de vista de su primera esposa, Nadia, y de su hija Svetlana.

"Decidimos que había que centrar el tema en su vida privada, porque nos pareció imposible contar la historia de un hombre que mató a 40 millones de personas. Es demasiado monstruoso", explicó Mark Carliner, productor de la película, en conferencia de prensa.

Famosos actores norteamericanos interpretan los papeles principales: Robert Duval es Stalin, y Maximilian Schell, Lenin. La película, que ha costado tres años de trabajo, fue rodada en los verdaderos escenarios donde se movieron los personajes históricos, como el Kremlin y la dacha que Stalin poseía en Kúntsevo.

Para los intelectuales rusos, el filme es demasiado hollywoodiano y primitivo, con personajes más propios de una parodia musical que de una película que pretenda ser mínímamente sería y verídica. Es el caso de los verdugos Guenrij Yagoda, Nikolái Yezhov y Lavreti Beria, jefes en diferentes años de las purgas estalinistas, o de León Trotski (Daniel Massey) e incluso de Lenin. Además hay personajes que los rusos no reconocerían jamás, pues en nada se parecen a los verdaderos, como Nikita Jruschov, sucesor de Stalin, o el general Kliment Voroshílov, ministro de Defensa. "Nadie necesita esta película. Es una estúpida imagen de un tirano, una especie de filme de gánsteres", comentó Iliá Konstantínov, uno de los líderes de la oposición y del proscrito Frente de Salvación Nacional, El consejero presidencial Serguéi Stankévich la considera "errónea", y Alexéi Adzhubéi, yerno de Jruschov y ex director del periódico Izvestia, "primitiva y un poco divertida, como una colección de cotilleos de viejas esposas". A pesar de estas críticas, Adzhubéi considera que "está bien que los norteamericanos hayan hecho la película", y Rada, su esposa e hija de Jruschov, confesé que había visto la cinta con placer".

Stalin, que ha costado alrededor de mil millones de pesetas, se estrenará en Estados Unidos el próximo día 21, exactamente un mes antes del 113º aniversario del nacimiento del dictador. No se sabe cuándo los rusos podrán ver Stalin en su pantalla chica, pues los derechos para la distribución de la película en Europa del Este los tiene la televisión húngara.

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