Cava sobre Varsovia
La atronadora andanada de aplausos y vítores despertó a los adormilados periodistas, calló a los gritones jugadores de mus y despegó a los futbolistas de sus videojuegos y a Benito Floro de sus auriculares, en los que degustaba lo más cálido de Duke Ellington. "El Barcelona ha perdido. Nos lo acaban de comunicar desde Palma de Mallorca", soltó sin previo aviso ni señal sonora el comandante del vuelo que transportó al Madrid desde Moscú. Era la 1.30 de la madrugada española, las 3.30 en Moscú."No sé por qué aplaudimos. Nos interesa un Barça cansado por la competición europea. Ahora se dedicarán sólo a la Liga", comentó un escéptico seguidor entre el griterío mientras lanzaba la sota de bastos sobre un improvisado tapete. "No jodas, hombre. Que se fastidien. Ya verás la que se lía allí. Con la pasta que van a perder, o el Cruyff o el Nuñez se van a casa. O los jugadores, que acababan de negociar las primas", le gritó su compañero.
Asegurada la noticia, el vuelo, que hasta ese momento había transcurrido bajo una discreta tranquilidad -el 3-2 contra el Torpedo, el frío, la lluvia padecida y lo intempestivo de la hora no permitían exhibiciones de gozo- experimentó un festivo giro. Alguien comenzó a silbar el himno del Barcelona. Los más osados incluso se atrevieron a cantarlo con dudoso acento blaugrana. Al poco, cava catalán. Fue, más o menos, sobre Varsovía, según precisó el piloto.Las desgracias ajenas
No hubo brindis aparente entre los directivos ni los jugadores. "Nosotros no hemos brindado por nada, porque hemos perdido por 3-2. Que el Madrid haya pasado y el Barcelona no es una tema distinto", comentó Ramón Mendoza. "Míster, vaya noticia, ¿no?. Estará contento", comentó a Benito Floro un hincha tocado con varias insignias de la extinta URSS. "No hay que alegrarse de las desgracias ajenas", señaló el técnico. El seguidor, algo decepcionado por la escasa complicidad de Floro en la euforia, matizó arrepentido: "Sí, la verdad es que también son españoles".
Ya en Barajas, próximos colaboradores de Mendoza acudieron a recibirle con la buena nueva. "¿Ha visto, presidente? No vea cómo estaba Cruyff. Incluso ha dicho por televisión que no tiene ni idea de fútbol", explicó uno con evidente nerviosismo. "Ya era hora de que lo reconociera", señaló un alto directivo madridista. Mendoza fue más diplomático: "No voy a opinar de la tragedia, tanto económica como deportiva, que sufre el Barcelona. Bastante tiene como para que encima nos metamos a complicarle más la vida. Una veces la china le toca a unos y otras, a otros. La china es como la risa: va por barrios".
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