Principio de acuerdo de Cruyff con el Barcelona para renovar su contrato

Johan Cruyff, el técnico, y Josep Lluís Núñez, el presidente del Barcelona, persisten en sus diferencias. La renovación del entrenador holandés se ha convertido en un nuevo enfrentamiento. Cruyff se siente muy molesto porque Núñez criticó la exclusión de Stoichkov ante el Viking, noruego, en la Copa de Europa y porque el pasado domingo puso en duda su rendimiento en su etapa como jugador azulgrana. No obstante, a última hora de la tarde de ayer llegó a un principio de acuerdo con el vicepresidente Joan Gaspart para prorrogar su contrato por un año. El club abonará un total de 300 millones de pesetas a él y sus ayudantes. Cruyff, que percibirá 190, no estará obligado a vestir el uniforme oficial. Tras regresar de París y dirigir el entrenamiento matinal, Cruyff ratificó su negativa a aceptar la oferta que le había hecho la directiva. "Que quede claro que esta guerra no la he iniciado yo pese a mi fama de follonero", explicó; "ni mi mayor enemigo aceptaría su proposición. No es un problema de dinero, sino de las condiciones que quieren imponerme". A continuación, echó en cara a Núñez el inmiscuirse en asuntos que, según él, no son de su competencia. "Es la primera vez en cuatro temporadas que dice no estar de acuerdo con una alineación", adujo refiriéndose al encuentro con el Viking; "por si fuera poco, en una reunión de peñas manifiesta que mi época sobre el césped fue triste. Ya no sé por donde van los tiros. Da la impresión de que desea que me vaya". Cruyff intentó transmitir al socio barcelonista el mensaje 'de que su negativa a aceptar la oferta inicial no era una cuestión monetaria: "Actúo por sentimientos, no por dinero, pero hay cosas que no se pueden aceptar".

Reunión con Gaspart

Sus declaraciones no sorprendieron a la directiva. "No nos sentimos presionados y esperamos que las aguas vuelvan a su cauce", manifestaron fuentes próximas a Gaspart, encargado de llevar las negociaciones. Pero, a pesar de la aparente tranquilidad, Gaspart se reunió por la tarde nuevamente con Cruyff y ambos firmaron un documento de intenciones, no una renovación definitiva. La concesión del club consiste en no obligarle a utilizar su uniforme oficial. Además, está dispuesto a pagar 300 millones a Cruyff y sus colaboradores al margen de las primas por la obtención de algún título, las cuales supondrían en conjunto otros 50.Una vez más, la frase pronunciada por Núñez -"no vamos a darle la llave de la caja fuerte"- se ha convertido en la filosofía de la junta a la hora de la negociación con Cruyff por entender que su función no puede sobrepasar ciertos límites: "Los temas económicos son competencia nuestra y no podemos transigir. Los hechos nos están dando la razón y un botón de muestra es que la pretemporada de la primera plantilla en Holanda nos costó dinero aun con los partidos amistosos jugados".