Objetivo, China

La nueva gran aventura del siglo empieza esta noche en París. Desde la capital francesa tomarán la salida 15 motos, 93 coches y 20 camiones con destino a China. Son los participantes en el primer Rally París-Moscú-Pekín. La prueba, que debía haberse celebrado en 1991 pero fue suspendida por los problemas políticos en la extinta URSS, sigue lo! pasos del París-Dakar pero por un camino radicalmente opuesto: su objetivo no es África, sino Asia.

En agosto de 1907, el príncipe Borghese entró en París como vencedor de la Cruzada Amarilla, la primera gran aventura en la historia del deporte del motor. Al volante de un Itala de 40 caballos, había salido de Pekín tres meses antes junto con otros cuatro coches. Su ejemplo, aunque en sentido inverso, es el que quieren imitar en los próximos 28 días los mejores pilotos de raids de la actualidad.

Otros tiempos

Los tiempos han cambiado y la aventura será mucho menos exigente que a principios de siglo. Difícilmente los pilotos tendrán que desmontar por piezas sus vehículos, como ocurrió entonces, para superar algunas dificultades orográficas. Ahora el recorrido estará bien definido, aunque hará falta una importante dosis de orientación para encontrarlo, y muchos de los participantes dispondrán de mecánicos y coches de asistencia.

La organización del París-Moscú-Pekín ha querido evitar que su carrera se convierta en un negocio, en un espectáculo en manos sólo de las grandes marcas. El organizador, René Metge, fue uno de los pioneros de los raids africanos y ahora ha querido hacer realidad el sueño de revivir una de las primeras carreras automovilísticas de la historia. Aunque las grandes Firmas participan en la prueba, la restricción de las asistencias dará sus oportunidades a los privados. De esta manera, Metge pretende recuperar el espíritu original que su amigo Thierry Sabine imprimió a las primeras ediciones del París-Dakar. Quiere que impere la aventura, y no la necesidad de ganar.

El prólogo que se disputó durante el fin de semana en Alençon inició la aventura. Esta noche se dará la salida desde la plaza de Trocadero, en París. El sueco Bjorn Waldegaard (Citroën) en coches y el francés Stephane Peterhansel (Yamaha) en motos serán los que abrirán la ruta. Francia es el primero de los 11 países que atraviesa la carrera. Después pasará por Bélgica, Alemania, Polonia, Bielorrusia, Rusia, Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguizistán, y finalizará el día 27 en la plaza de Tiananmen de Pekín, en China.

La lista de inscritos de este

París-Moscú-Pekín reúne a los mejores especialistas en raids y a los mejores equipos. Entre los coches, la lucha por la victoria deben protagonizarla los representantes de Mitsubishi y de Citroën. La firma Japonesa cuenta con los franceses Bruno Saby y Jean Pierre Fontenay, el alemán Erwin Weber y el japonés Kenjiro Shinozuka.

Los pilotos de Citroën son el sueco Bjorn Waldegaard, el finlandés Timo Salonen -ambos campeones del mundo de rallies- y los franceses Pierre Lartigue, Alain Ambrosino, François Chatriot y Hubert Auriol. El caso de este último es el más curioso puesto que después de ganar el último París-Ciudad del Cabo con Mitsubishi, la marca japonesa no le ofreció un coche para esta ocasión y tuvo que acudir a la firma rival.

Otros pilotos que pueden ocupar las primeras posiciones son los franceses Jéróme Riviére (Nissan), Philippe Wambergue (Toyota) y Salvador Serviá (Nissan).

Tres españoles

Completan la representación española los equipos Racionero-Maimí (Land Rover) y Budia-Budia (Land Rover). Tres pilotos tailandeses, tres de la Comunidad de Estados Independientes, dos chinos y dos coreanos ponen la nota de color a esta nueva competición.

En la categoría de motos, los favoritos son los franceses Stephane Peterhansel (Yamaha), ganador de los dos últimos París-Dakar, y su compañero Thierry Magnaldi. En camiones, Perlini-Albiero-Vinante son los máximos candidatos, aunque también existe mucho interés en ver qué son capaces de hacer los camiones rusos Kamaz.

Las características del recorrido son una incognita para todos los participantes. Incluye 22 etapas y 16.054 kilómetros. De ellos, algo menos de la mitad (7.355) corresponde a sectores cronometrados. El terreno por el que circula el rally es muy variado. Desierto, estepa y montaña. Sin embargo, ninguna etapa presenta dificultades insuperables ya que Metge no ha querido hacer un itinerario eliminatorio. Su intención es que la mayoría de los inscritos lleguen a ver la Gran Muralla.