Japón aprueba un plan de reactivación por valor de casi ocho millones de pesetas

El Gobierno japonés, en un esfuerzo financiero sin precedentes, aprobó ayer un paquete de medidas por un valor de 87.000 millones de dólares (7,9 billones de pesetas) para intentar estimular la economía del país, afectada por una de sus peores crisis. Las medidas habían sido propuestas por los expertos del partido liberal, en el poder desde 1955, y forman parte de la asistencia gubernamental extraordinaria más cuantiosa en tiempos de posguerra.

La decisión adoptada por los ministros económicos del gabinete de Kiichi Miyazawa fue favorablemente acogida por el índice Nikkei de la bolsa de Tokio que subió 415 puntos y cerró a 17.970 yenes.La dimisión del vicepresidente del partido liberal, Shin Kanemaru, posiblemente el político nipón más influyente, había afectado negativamente el comienzo de la actividad de los corros bursátiles y amenazaba con revertir una tendencia alcista que se mantuvo durante los últimos días. Los liberales temen todavía que la dimisión de Kanemaru, que admitió haber aceptado 500 millones de yenes, y la posibilidad de nuevas revelaciones afectando a cargos de la Administración en el escándalo por corrupción desencadenado por la compañía de transportes Tokyo Sagawa Kyubin Sagawa, influyan negativamente en la aplicación del plan, cuyo objetivo fundamental es infundir confianza a los inversores. De todas formas la publicación del plan liberal al mediodía de ayer, con la aprobación de unos fondos suplementarios más importantes de los previstos inicialmente, influyó inmediatamente en la Bolsa de Tokio que subió 2,37% y movió 850 millones de acciones en el día más animado de todo el año.

Analistas financieros subrayaron que el proyecto gubernamental, que incluye una ampliación presupuestaria de 24.000 millones de dólares en obras públicas, incentivos fiscales a la inversión y facilidades para la recuperación del sistema financiero, no dará resu Itados hasta al menos un año después de su aplicación. Yoshiro Mori, presidente del consejo de investigación política del partido liberal, declaró en conferencia de prensa que el gobierno piensa también adoptar medidas para promover las importaciones y reducir su actual superávit comercial. "Es necesario dar los pasos imprescindibles para lograr este objetivo", dijo.

De acuerdo con las optimistas estimaciones de algunos expertos, la multimillonaria partida destinada a la construcción de obras públicas, una de los motores principales del plan, puede provocar el incremento de un punto en el Producto Interior Bruto (PIB), que actualmente crece a un ritmo de un 2%, porcentaje inferior al 3,5% marcado como meta por la Agencia de Planificación Económica para el año fiscal que termina en marzo de 1993. Portavoces oficiales eran más modestos ayer y confiaban en que el paquete aprobado sitúe el crecimiento del PIB en un 2,4% en los próximos 16 meses.

La magnitud de la inyección financiera aprobada supera los cálculos efectuados semanas atrás en el gabinete. La seriedad de la crisis, posiblemente la peor desde la II Guerra Mundial, y el descenso de todos los indicadores aconsejaron ser audaces y arbitrar un generoso desembolso extraordinario. El Banco de Japón, por otra parte, puede proceder a un nuevo descuento de la tasa de interés oficial para abaratar el precio del dinero.