Fernández Ordóñez

En esta España nuestra, en la que la cosa pública está llegando a unas cotas impenmsables de materialismo y oportunismo, es una bocanada de aire fresco poder respirar con el ambiente que nos ha renovado el ejemplo dado por Francisco Fernández Ordóñez.Cuando los políticos -y sálvese quien pueda- han dado lugar a crear un ambiente popular rayando con el desencanto y la apatía, siempre es estimulante encontrar a Hombres (con mayúscula) de la talla de Fernández Ordóñez.

Mientras que una gran cantidad de políticos demuestran la ineptitud más supina, a los ciudadanos de a pie nos emociona que se haya tenido que marchar un hombre que ha dado una muestra ejemplar de eficacia en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

En fin, al tiempo que en la vida pública ha irrumpido el egoísmo, la insolidaridad y la corrupción más desvergonzados, este hombre ha dado muestras de una generosidad y desprendimiento rayanos con el heroísmo, aguantando al pie del cañón hasta el último aliento.

Por todo ello, pasando por alto la mala imagen que en algún

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momento pudo aparentar a lo largo de su carrera -la cual quedó borrada por la evolución posterior de la misma-, quiero mostrar mi admiración y respeto a este gran hombre, de los que tan escasos andamos en esta España nuestra.-