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El bebé de la discordia

La Asociación de la Familia Americana boicotea la serie 'Murphy Brown'

Hay bebés que se traen un pan debajo del brazo. El de la serie televisiva Murphy Brown se ha traído con él la tercera audiencia más jugosa de la temporada y una sonada polémica. El vicepresidente Dan Quayle inició esta polémica culpando a la telecomedia, y a la decisión de su protagonista de tener un hijo estando soltera, de su contribución a la disolución de los valores familiares. Ahora, el reverendo Donald Wildmon y su conservadora Asociación de la Familia Americana acaban de dar a conocer el proyectado boicoteo a las empresas que se anuncian en la serie.

Los norteamericanos están divididos. Unos convierten a Murphy Brown y a su inseparable rostro, la actriz Candice Bergen, en la mujer del año, como lo hace esta semana la revista Esquire. Otros piensan que es un mal ejemplo y que el sexo en televisión sólo debería producirse en el seno del matrimonio o entre la fauna de los documentales de divulgación de la televisión pública. La decisión de Wildmon y su asociación no ha sorprendido a nadie; le han precedido otras campañas penalizadoras -por el lado que más les duele a las televisiones, el económico- contra series y telefilmes que, en su opinión, ofenden la moral y los valores familiares. Ahora es Murphy Brown, porque ha tenido un hijo estando soltera. Según declaraciones de Wildmon, la decisión ha sido tomada tras saberse que la serie consideraba abrir la temporada en septiembre tomándose a broma las aseveraciones del vicepresidente Dan Quayle criticando el hecho.Pero, contra lo que se pueda creer, el polémico embarazo y sus circunstancias no se decidió a la ligera. De hecho, la conciencia de los límites llevó a Diane English a no poner una sola vez la palabra aborto en los labios de su heroína -por otra parte, con pocos pelos en la lengua- cuando, conociendo ésta su embarazo -después de una relación con su ex marido-, tiene que decidir en un episodio si lo continuará o no. "Ella habría utilizado la palabra [aborto] muchas veces, pero nosotros queríamos quenos viera mucha gente y ciertas palabras se han hecho inflamatorias" declaraba English a The New York Times. También ha reconocido que "una vez que Murphy se queda embarazada, ella tenía realmente que tener el niño". Murphy, eso sí, declara en el citado episodio su apoyo a la libre elección.

Desestimado el matrimonio -Murphy será una madre soltera-, la serie acabó la temporada 1990-1991 con la sospecha de embarazo. En septiembre, apertura de temporada, el episodio ¿Está embarazada? consiguió para la cadena CBS su más alta audiencia desde 1987. El 9 de mayo de este año, el episodio 100 de la serie fue un sonado baby shower (algo así como fiesta de nacimiento) del que dieron puntual noticia medios tan serios como Time o Newsweek. Por fin, el 18 de mayo, un lunes, vino al mundo la criatura, después de las contracciones más dolorosas y largas de la televisión y un parto natural orquestado por el inseparable guía espiritual de Murphy, y ocasional pintor, Eldin (Robert Pastorelli).

Más tarde llegó Quayle, y con él la polémica. Podía haberse referido, como estímulos a la disolución de los valores familiares, a los muchos padres solteros que pueblan la pequeña pantalla, pero le molestó la soltera y el biberón. El showman David Letterman recordaba al vicepresidente: "Tengo un mensaje para Dan Quayle. Sólo lo voy a decir una vez: Murphy Brown es un personaje de ficción".

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