Un romance apasiona a Polonia
El vicepresidente de la Dieta (Congreso) polaca, Andrzej Kern, lleva ya más de un mes siendo protagonista de la sensación informativa número uno en su país. La razón de ello no es, sin embargo, la actividad política de este abogado de 55 años, parlamentario del partido democristiano, radicalmente anticomunista (Coordinadora del Centro), sino la fuga de su hija, menor de edad. Monika Kern, de 17 años de edad, que se escapó de la casa paterna el pasado 10 de junio con ayuda de su novio, Maciek, cuatro años mayor que ella, sigue en paradero desconocido.Desde su escondite escribió cartas al presidente Lech Walesa en las que le pedía ayuda y protección, y hasta recibió una contestación en la que el jefe del Estado trató de convencerla para que se reconciliara con su padre. Monika denuncia la autocracia de sus padres y amenaza con quedar embarazada para poder casarse con su novio.Para su padre, la historia de amor de su hija no tiene nada que ver con Romeo y Julieta, con la que la compara la prensa. Después de unas primeras declaraciones en las que Kern habló de "una unión desacertada" de la hija de un político y un hijo de unos "pequeños fabricantes de tartas", ahora el vicepresidente del Parlamento afirma haber descubierto una conjura política destinada a comprometer su carrera.
En recientes declaraciones al semanario Wprost, insinúa que detrás de lo que él llama el "secuestro" de su hija están los ex comunistas. Sospecha, incluso, que Maciek iba a su casa con una grabadora para "revelar luego los detalles" de la vida íntima de la familia Kern. Independientemente de que se trate de una "locura amorosa juvenil" o de un asunto político, o de ambas cosas, lo cierto es que Andrzej Kern empleó todas sus influencias políticas para encontrar a su hija única, a la que, por cierto, había colocado tiempo antes en un centro psiquiátrico para separarla del novio, a quién acusa de "que le robaba todo el tiempo libre".
. Pocos días después de la desaparición de Monika, la policía registró, metralleta en mano, la casa de los padres de Maciek en busca de estupefacientes. Su madre, "implicada en el secuestro", quedó detenida durante casi 24 horas y tuvo que ser trasladada a un hospital penitenciario por insuficiencia cardiaca.
Esta actuación policial fue calificada de exceso de celo por los abogados de la familia de Maclek y denunciada ante la Fiscalía General del Estado polaco.
Esta, después de estudiar el caso, reprobó la aplicación de algunas medidas de la policía y la fiscalía locales, pero autorizó que continuaran las investigaciones relativas al caso. A Maclek se le acusa del secuestro de una menor de edad -aunque Monika sostiene haberle secuestrado a él-, por lo que puede ser condenado a una pena entre seis meses y cinco años de cárcel, según las leyes polacas.
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