_
_
_
_

LeMond: "Mis piernas se han quedado vacías"

Fue en el kilómetro 103 de la etapa entre Sestrieres y L'Alpe d'Huez, a la altura de Saint Jean de Maurienne. Una breve plaza de nombre desconocido en una pequeña villa alpina ofició el entierro del estadounidense Greg LeMond, quien se lamentó: "Mis piernas se han quedado vacías". El triple ganador del Tour no murió solo. El francés Gilbert Duclos-Lasalle, el corredor más veterano del pelotón (37 años), puso el pie en tierra después de pasar juntos todo un tormento.En el hotel del equipo Z, Cathy, la esposa de LeMond, esperó pacientemente, como siempre. Unas horas después, ambos cruzaron abrazados los escasos metros que separaban el vestíbulo del coche. "Mis piernas se han quedado vacías", le confesó Greg.

Más información
Delgado: "Nunca había ido tan deprisa"

Las cámaras de la cadena de televisión Antenne 2 recogieron con implacable objetividad la agonía del norteamericano. La montaña de minutos que había cedido en Sestrieres anunciaba un abandono inminente. La televisión oficial del Tour no quiso faltar al sepelio de uno de los últimos caudillos del ciclismo profesional. Fue tremendo: LeMond, tirado, olvidado por el pelotón, intentaba escalar puerto tras puerto con la única ayuda de Duclos-Lasalle.

Gritos de apoyo

Los aplausos de los aficionados, los gritos de apoyo de sus incondicionales, no hicieron sino resaltar el drama. LeMond miraba continuamente atrás. En un gesto desesperado, buscaba a alguien más hundido que él. No podía creer lo que sucedía.

En Saint Jean de Maurienne, Otto Jacome, el cuidador mexicano de LeMond, esperó con gesto serio el desenlace. Él siempre está en la meta presto a recoger a su pupilo. Esta vez, no. Esta vez prefirió esperarlo en la carretera. Sabía que no llegaría al final.

En el coche de Otto, LeMond y Duclos-Lasalle siguieron el mismo recorrido que los demás. "No había una ruta alternativa. Fue muy duro. Saber que has abandonado e ir en un coche detrás de tus colegas, detrás del grupo del jersey amarillo... No olvidaré esa sensación", reconoció el líder del equipo Z.

"Me he sentido cansado desde el primer día. No sé bien por qué. En Dole aproveché la jornada de descanso para hacerme unos análisis y ver cuál era la causa. No hubo respuesta. Nunca antes me había visto pedaleando solo tras el pelotón, abandonado. La moral no lo resiste", añadió.

LeMond ha declinado intentar batir el récord de la hora. Su intención era partir inmediatamente hacia su país y descansar en Minneapolis. Ningún compromiso le retiene en Europa hasta mediados de agosto. La Vuelta a Gran Bretaña es su próxima cita.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_