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Iberia reconoce que a fines de mes miles de viajeros partirán de Barajas sin sus maletas

Francisco Peregil

Las maletas que deberían llegar junto al dueño a la Expo a veces aparecen en Moscú. En otras ocasiones, el equipaje se retrasa unas horas, unos días, y hasta se pierde definitivamente. A finales del pasado mes fueron 5.000 bultos los que se acumularon en las instalaciones del aeropuerto mientras sus dueños despegaban. Para finales de este mes se prevé algo parecido, según admitieron los sindicatos y la compañía Iberia. Será otra deficiencia más de un aeropuerto por donde circulan a diario 50.000 personas, que sólo cuentan con un médico por turno, donde todos los días denuncian un robo en los aparcamientos y donde se incautan varios kilos de droga a la semana.

El pasado 28 de junio, 5.000 viajeros partieron del aeropuerto de Barajas y dejaron sus maletas en tierra. Algunos las perdieron definitivamente y otros tardaron días en acceder a objetos de necesidad imperiosa como son los útiles de trabajo o la vestimenta. La próxima semana ocurrirá lo mismo, a tenor de las predicciones de los sindicatos y de la compañia aérea. ¿La causa?: para los sindicatos, la reducción de plantilla; para Iberia, la avalancha inevitable de viajeros que se produce en estas fechas.

Equipamiento desfasado

Como telón de fondo se encuentra el desfase del equipo con el que cuenta el aeropuerto para la distribución de bultos. El propio director de Barajas, Juan Lema, asume la antigüedad del mismo y anuncia que se transformará dentro de dos años. En el de Francfort o en el Stansted, de Londres, unos lectores electromagnéticos se encargan de enviar el equipaje a sus destinos.

¿La solución en Barajas? Poner fin a los contratos eventuales y a la "reconversión salvaje" que ejecuta Iberia. Eso es lo que proponen los sindicalistas del aeropuerto. La respuesta que aporta Iberia es más simple: aguantar el chaparrón durante los días de máxima afluencia. O bien otra: "Podríamos contratar gente para tres días, pero los sindicatos no nos dejan", alega un portavoz. "Además, no sé por qué los empleados se quejan ahora de falta de plantilla cuando sus representantes han firmado una reconversión que afecta a más de 3.000 trabajadores".

El problema de las maletas perdidas proseguirá tras la avalancha de viajeros. Todos los días llegan al departamento de equipajes extraviados de Iberia 20 maletas. Después de cinco días en el aeropuerto, los bultos se envían a la dirección general de Iberia, en Núñez de Balboa. Allí las abren, revisan su contenido y a los tres meses, si no aparece su propietario, subastan las pertenencias.

Siempre hay quien la pierde definitivamente. Tal fue el caso del actor Juanjo Puigcorbé, que perdió su equipaje el pasado 20 de junio -antes de la avalancha- y hasta ahora nada más se supo. Reclamó en el aeropuerto, en Núñez de Balboa, y nadie sabe qué fue de sus trajes de seda preparados para una representación y los demás bienes, valorados en medio millón de pesetas. Si el 20 de septiembre no ha aparecido recibirá 20.000 pesetas por parte de Iberia.

El robo nadie lo confirma, pero nadie lo descarta tampoco. De hecho, la policía del aeropuerto sorprendió hace dos semanas a un empleado del aeropuerto que llevaba un radiocasete en un carrito.

-¿Adónde va usted? -le preguntaron.

-A entregarlas al departamento de objetos perdidos.

-Si va en dirección opuesta...

La dirección que llevaba era la del vestíbulo. La policía asegura que investigará el robo de equipaje por parte del personal de aeropuerto.

Un robo al día en los aparcamientos

Los robos no sólo se producen en el interior del aeropuerto. En los aparcamientos de Barajas también, y con más frecuencia. La policía recibe al menos una o dos denuncias de robo al día. Sólo trabajaban hasta el pasado miércoles un vigilante en cada uno de ellos. Desde el miércoles, Barajas rescindió el contrato a Europarking y pasó a gestionarlos directamente.Durante toda esta semana, el aparcamiento de la terminal nacional se encontraba completo durante la mayor parte del día. De ello no se enteraba uno hasta que no llegaba hasta cien metros del mismo, con lo cual era preciso girar hacia el de internacional y perder diez minutos o un cuarto de hora -tiempo valiosísimo cuando hay que embarcar pronto- en caminar hacia las salidas de nacional. La primera medida desde que el aeropuerto gestiona su propio aparcamiento ya la ha tomado el director: destinar dos vigilantes por turno en lugar de uno sólo. La segunda: colocar paneles electrónicos que informen sobre el estado de ocupación. La última y más cara, construir una planta subterránea y otra en altura dentro del aparcamiento de nacional.

Lo peor: los precios, los teléfonos y los retrasos

Ciento noventa y cinco pesetas por una coca-cola y 325 por un cuenco con 15 cerezas y un melocotón. Eso son los precios de los autoservicios de Barajas. Una vez cogida la bandeja con todos los alimentos, es probable que el usuario deba limpiar él mismo la mesa donde se sienta. "Quiero exigir más calidad, incluso antes que mejores precios", dice el director del aeropuerto, Juan Lema. De cualquier forma, las 4.000 pesetas por comer dos platos y un postre en los restaurantes no hay quien las evite.Los retrasos continúan siendo la otra lacra. Un total de 230 son los que se produjeron en Iberia en la primera semana de este mes. Durante la primera quincena de julio el índice de puntualidad en este aeropuerto fue del 92% por parte de Aviaco, el 78% por Iberia y el 70% por parte de las otras compañías.

La cosa tiene explicación para el director del aeropuerto: Aviaco sólo vuela en España mientras Iberia padece todo el tráfico aéreo europeo, que se encuentra muy congestionado.

Otra carencia del aeropuerto que llama la atención, tras varios días de uso continuado de sus instalaciones, radica en los teléfonos. Por cada cabina que admite las monedas de nuevo cuño y la tarjeta de crédito telefónico, hay cuatro antiguas, que no admiten el nuevo dinero.

Los portavoces de Iberia aseguran que en el aeropuerto se reciben 90.000 reclamaciones al año entre retrasos, pérdida de equipaje y mal servicio. El número de maletas extraviadas al año no lo tienen desglosado. Tan sólo aparecen en el ordenador las reclamaciones: de cada 1.000 pasajeros que salen de Madrid, 13 han estampado su firma en los libros de reclamaciones para expresar su fastidio por distintas causas.

Lo mejor

Varias líneas kilométricas de colores recorren el suelo de todo el aeropuerto para orientar en todo momento al pasajero. No en vano el antiguo director Fernando Mosquera, que fue cesado de su cargo hace poco más de un mes, se encargó de invertir en la señalización. Las encuestas que efectuó entre los viajeros le llevaron a ello.

Es difícil perderse, como es difícil ensuciarse. Un olor a lejía que sale de los impecables cuartos de aseo se extiende por todas las instalaciones desde la mañana hasta la noche.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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