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Un jersey amarillo en una Maleta

Alex Zülle, el suizo del equipo ONCE, abandonó ayer el Tour de Francia. No lo hizo por lesión ni por enfermedad. Tampoco por descalificación o caída. Lo hizo para poder ganarlo algún día. Estaba previsto desde el principio. Manolo Saiz, su director deportivo, considera que Zülle es un ciclista de enormes cualidades que debe programar su carrera con sumo cuidado. Cualquier exceso puede quemarlo definitivamente. En Mulhouse, después de una etapa montañosa en la que volvió a brillar, Zülle hizo su maleta. En ella, doblado con mucho mimo, su jersey amarillo de líder. Efímero pero valioso. Lo ganó en San Sebastián y lo perdió en Pau. Le duró 24 horas, las mejores de su carrera.Manolo Saiz aspira a hacer de Zülle un nuevo Induráin (el navarro también abandonó el Tour en 1986 en la duodécima etapa, la primera de los Pirineos). Condiciones apunta. Ganas, le sobran. Tiempo, también: su contrato con la ONCE ha sido ampliado hasta 1995.

Zülle tiene 24 años, es muy miope y no habla una palabra de español. El ingles y el alemán son sus instrumentos de comunicación. Su adaptación al profesionalismo ha sido impresionante. Dejó de ser aficionado en el mes de septiembre de 1991. Desde entonces ha labrado un palmarés inhabitual es un hombre de tan poca experiencia: la Setmana Catalana, la Vuelta a Asturias (ganó la etapa contrarreloj), una etapa cronometrada por equipos en la Ruta del Sol y una etapa en el Tour de Sicilia, prueba en la que llegó a ser líder. Todo ello le ha permitido sumar 600 puntos en la clasificación profesional, cuestión de gran importancia para cualquier equipo profesional que aspira a seguir en el Tour. En San Sebastián exhibió sus enormes condiciones. No sólo vistió el jersey de líder, sino que, además, en la prólogo fue quien más se acercó a Induráin.

Llegada prematura

Su llegada al Tour fue prematura. El equipo ONCE perdió a sus tres líderes naturales -Lejarreta, Bruyneel y Mauri y Saiz optó por regalar a Zülle una experiencia, aunque corta, en la prueba ciclista por experiencia. Consciente de la necesidad de su abandono, Zülle no tuvo reparos en hacer una confidencia a su compañero y amigo Stephen Hodge: "Volveré al Tour para ganarlo".

"Es duro irse, pero estaba previsto desde el primer día. Manolo (Saiz) cree que es lo mejor para mí. El me ha contratado por tres años y tiene un idea muy clara de lo que quiere de mí. Yo estoy de acuerdo con él", señaló en la meta de Mulhouse. Zülle tampoco tiene prisa: "He aprendido muchas cosas, pero debo aprender más. Tal vez dentro de dos o tres anos pueda estar entre los mejores del Tour".

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