El sindicato de jugadores desconvoca la huelga y garantiza que la selección disputará los JJ OO
Sindicato y patronal encontraron ayer una vía de acuerdo: aceptar tres jugadores extranjeros, pero sólo dos en cancha. Esa vía permite al sindicato desconvocar la huelga y garantiza que la selección disputará los Juegos. Los internacionales no pudieron ser expedientados por hacer huelga con la selección, dado que el técnico Antonio Díaz Miguel les había dado vacaciones durante los días del paro. La noticia provocó indignación entre los directivos, algunos de los cuales entienden que Díaz Miguel ha estado apoyando la huelga y ha cometido un acto de deslealtad con la federación.
Sindicato y patronal abrieron ayer una vía de salida que permita la participación de la selección de baloncesto en los Juegos. Ambas partes aceptaban negociar una propuesta del Consejo Superior de Deportes (CSD): celebrar una Liga con tres extranjeros, pero sólo dos en cancha y tratar de acelerar la firma del convenio colectivo. Los jugadores, en la asamblea que celebraron ayer en Madrid, aceptaron la propuesta por unanimidad, "pero sólo para esta temporada", recalcó el presidente del sindicato , José Luis Llorente. Los clubes también deberán celebrar una asamblea para ratificar su conformidad. Los jugadores se comprometen a garantizar la presencia de la selección en los Juegos y a evitar nuevos conflictos durante la última fase de la preparación olímpica.Jugar con tres extranjeros, pero sin que puedan ser utilizados más de dos en la cancha al mismo tiempo, tiene sus inconvenientes, según los técnicos. Un entrenador ve rota una regla de oro del banquillo, cual es que todo jugador es susceptible de ser utilizado en cualquier momento.
Decisión de Díaz Miguel
La junta directiva de la federación se reunió en la tarde del miércoles para estudiar el caso de la huelga de los internacionales de baloncesto. Cuatro dictámenes jurídicos en manos de los asistentes coincidían en señalar que no podía producirse una huelga "contra la selección" y, en algún caso, que la actitud de los jugadores era "abusiva" con la federación. A la vista de tales informes, los directivos iban a estudiar si procedía abrir un expediente disciplinario a los jugadores.
La sorpresa surgió cuando se supo que, formalmente, los jugadores no estaban de huelga con la federación sino de vacaciones. Los jugadores no iban a entrenar, pero porque no tenían necesidad de hacerlo. Díaz Miguel, de forma verbal, les había dado vacaciones justo por el tiempo total que duraba el paro, hecho que explicó el vicepresidente Roberto Outeriño. La indignación del resto de directivos fue ostensible y sólo el citado Outeriño además de José Sancha, presidente del Colegio de Árbitros, apoyaron la iniciativa de Díaz Miguel.
Directivos de la federación entendían que Díaz Miguel estaba encubriendo el paro y apoyando la huelga y que su decisión suponía un acto de deslealtad hacia la federación "que es quien le paga". Los defensores de Díaz Miguel argumentaron que "en esta situación de conflicto no es bueno que el técnico se enfrente a unos jugadores a los que luego ha de dirigir".
Por ello, la junta directiva decidió revocar la decisión de Díaz Miguel y convocar a los jugadores para el día 11, "para poder determinar formalmente si están en huelga o no". Un portavoz del Consejo Superior de Deportes (CSD) señaló a este periódico que "no corresponde a un entrenador alterar de esa forma un plan de trabajo aprobado por la federación. Es la federación la que debe decidir sobre su actitud". Directivos de la federación afirmaron que Díaz Miguel había firmado su sentencia sobre una posible renovación tras los Juegos.
Las relaciones entre Díaz Miguel y el sindicato de jugadores han sido siempre muy estrechas. El sindicato nació al amparo de la federación cuando era presidida por su anterior presidente, Pedro Sust, y su creación recibió el apoyo entusiasta del seleccionador.
Dicho sindicato recibió subvenciones a fondo perdido próximas a los ocho millones anuales durante sus primeros años de vida, al tiempo que Díaz Miguel intercedía a favor de los jugadores en las negociaciones de las primas de la selección. El sindicato se nutrió de los internacionales a la hora de confeccionar sus primeras juntas directivas. Entre sus demandas, los jugadores solían pedir la mitad de los ingresos generados por la selección. Díaz Miguel apoyó estas reivindicaciones.
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