Bush reconoce que la reactivación es más lenta de lo que esperaba

El presidente George Bush reconoció ayer que la reactivación no ha alcanzado todavía el ritmo que él esperaba, admitió que existe una gran preocupación nacional por la marcha de la economía y hasta transmitió una cierta imagen de frustración y de impotencia ante la persistencia de un clima económico adverso que puede cerrarle el camino de la reelección.

En un programa de televisión de la CBS el presidente norteamericano respondió ayer las preguntas de 120 personas seleccionadas por la cadena e invitadas a la Casa Blanca para interrogar a Bush sobre los principales problemas del país, especialmente las preocupaciones sobre la economía. "La gente está preocupada por su futuro. La gente que tiene trabajo tiene miedo de no tenerlo mañaría", declaró el presidente a una audiencia que le acosó a preguntas sobre las dificultades cotidianas de los norteamericanos, particularmente el desempleo, la competencia extranjera y las dudas sobre el horizonte de sus hijos.

Anémico crecimiento

George Bush tuvo que reconocer que "las actuales tasas de crecimiento 2,7% en el primer cuarto del presente año- son anémicas comparadas con el crecimiento habitual de la postrecesión. Normalmente es mucho más alto que eso, pero es mejor que no crecer nada. Hemos pasado la más larga y dañina recesión de nuestra historia reciente, y ha sido muy difícil estimular el crecimiento en este entorno".El presidente se mostró incapaz de ofrecer nada distinto que insistir en la necesidad de una nueva reducción de los tipos de interés. "Creo que tenemos un buen programa", dijo, "pero admito que encuentro muchas dificultades para pasarlo en el Congreso".

El presidente confirmó en este debate la imagen de desencanto y decepción que había dado la noche anterior durante un discurso en una cena de recaudación para su campaña electoral en Detroit. "Estoy entregando mi corazón en la presidencia de Estados Unidos, y estoy un poco harto de no recibir más que críticas y críticas todos los días", confesó.

El presidente dijo en esa intervención que él sabe que la economía marcha mejor que a principios de año y que confía en que la recuperación se consolidará en unos meses más, pero reconoció que ha fracasado en su intento de comunicar a la población esta mejoría. Los últimos indicadores económicos tampoco ayudan al presidente: esta misma semana se ha hecho público, entre la preocupación general, que el índice de ventas de nuevas viviendas ha vuelto a caer.