Don Teflón ya no se escurrirá más
Cadena perpetua por asesinato para John Gotti, cabeza visible de la Mafia en Nueva York
El jefe mafioso norteamericano John Gotti ya no será conocido nunca más con el sobrenombre de Don Teflón (como el material antiadherente de las sartenes), que se ganó a pulso en el pasado por su habilidad para escurrirse de la justicia. Rompiendo la tradición de condenar a los jefes tan sólo por delitos fiscales, un tribunal de Nueva York le sentenció ayer a cadena perpetua por varios asesinatos, entre ellos el de su antiguo jefe Paul Castellano. Vestido con un traje negro cruzado y una corbata a rayas rojas y amarillas, el don, de 51 años, escuchó la sentencia en silencio.Sin embargo, el mafioso había decidido no retirarse sin hacer ruido. Menos de una hora después de que se escuchara la sentencia, un millar de admiradores de Gotti llegaron en autobuses a las puertas del tribunal de Brooklyn que acababa de condenar a la cabeza visible de la Mafia y provocaron vanos disturbios. El edificio quedó sellado, y sus ocupantes; aislados en el interior durante media hora para evitar el enfrentamiento con los airados partidarios de Gotti.
Aparte de esta protesta organizada, la condena contra el hombre que dirigió el clan más importante del crimen organizado de Estados Unidos ha conmocionado a los norteamericanos, más acostumbrados a mafiosos que se las ingenian para evadirse de la justicia que a jefes encarcelados de por vida por la fuerza de la ley.
La victoria de la fiscalía no ha sido fácil. Hasta el último minuto, la defensa del jefe del clan Gambino ha dado batalla para evitar este desenlace. Como en las tradicionales historias de la Mafia, las horas que precedieron a la condena estuvieron llenas de suspense. Los abogados del hasta ahora intocable Gotti trataron de probar ,que el jurado que lo declaró culpable en el pasado mes de abril estuvo sometido a presiones, para conseguir el retraso de la imposición de sentencia y la anulación de aquel juicio.
Según los abogados de Gotti, uno de los miembros del jurado se puso en contacto con ellos y les dijo que apoyó la condena porque temía represalias gubernamentales y estaba preocupado por su familia. A pesar de los esfuerzos de la defensa, el juez no aceptó la propuesta, siguió con el procedimiento e impuso la pena. La condena de Gotti pone fin a 12 años en los que varios fiscales intentaron sin éxito su encarcelamiento.
Aún es un misterio cómo un miembro del jurado decidió salir a la superficie después de las extremas precauciones que se tomaron durante el juicio para mantener su anonimato, y reforzar su seguridad. Durante 10 semanas, los 12 miembros del jurado permanecieron recluidos en un hotel, sus identidades fueron sustituidas por un número y sus comunicaciones con el exterior intervenidas. Las precauciones estaban justificadas por los repetidos intentos de la familia Gotti de extorsionar y sobornar a los jurados. Junto con Gotti, ayer también fue condenado a cadena perpetua su ayudante, Frank Locascio. Durante el juicio, fue precisamente uno de sus colaboradores favoritos, Salvatore Gravano, el que aportó el testimonio inculpatorio de más peso contra el jefe.
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