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El Atlético de Madrid resuelve sin Problemas el trámite de La Coruña

Xosé Hermida

El Atlético de Madrid resolvió sin problemas el trámite de Riazor y mantiene viva la esperanza de salvar la temporada con un nuevo título de Copa, el único que ha conseguido hasta ahora bajo el mandato de Jesús Gil. Pocas veces disfrutarán los rojiblancos de una semifinal tan cómoda. Su rival, el Deportivo de La Coruña, ha tenido durante la última semana la mente puesta en la promoción y entregó antes de disputarse los dos encuentros de la eliminatoria.

El conjunto de Arsenio Iglesias se había tomado el encuentro como un homenaje a si mismo y a su afición tras haber logrado la permanencia en Primera. Nadie se atrevía siquiera a soñar con darle la vuelta a la eliminatoria, y que el partido de ayer fuese una semifinal de Copa, sólo contribuía a añadirle boato a la celebración.

Liberados, pues, de toda responsabilidad, los coruñeses intentaron hacerlo bonito durante los primeros minutos, frente a un Atlético confiado en su ventaja y dispuesto a tomarse el partido con la mayor comodidad.

La fogosidad de los jugadores blanquiazules anuló en los primeros minutos la capacidad organizativa de los madrileños, muy desconcertados en el centro del campo. Schuster no acababa de encontrar el balón y hasta tuvo que soportar que Fran le pusiese en evidencia con un regate corto de los que tanto agradece el público. Un flojísimo tiro de Manolo en el minuto 27 fue todo el balance ofensivo de los rojiblancos en esta fase.

De todos modos, la defensa madrileña tampoco tuvo demasiados motivos para la inquietud porque todo el juego coruñés se desvanecía en las inmediaciones del área de Abel. A partir de la media hora de juego, el conjunto de Arsenio fue perdiendo el resuello mientras Schuster y Vizcaíno empezaban a centrarse en el partido. Lo agradecieron sobre todo Moya y Manolo.

El Deportivo pareció agotar en la primera parte todos sus recursos creativos, y tras el descanso salió al campo como si en el vestuario hubiese sacado la conclusión de que su suerte estaba echada. Sin necesidad de ningún alarde, el Atlético se hizo con el control del juego desde que se sacó de centro. Bastaron 15 minutos para que los rojiblancos resolviesen la eliminatoria. Una precisa combinación entre Moya, Alfredo y Manolo fue aprovechada por el pichichi para confirmar su oportunismo.

Con el gol se acabó definitivamente el partido. Como si fuese un torneo veraniego, Arsenio hizo los dos cambios a la vez y Luis Aragonés también firmó la tregua, decidiendo reservar a Manolo para la final.

Al público ya no le importaba nada el resultado y se puso a hacer la fiesta por su cuenta para festejar una permanencia en Primera, que en La Coruña ha sido como un título. Hasta el árbitro se sumó a la verbena y concedió al Deportivo un dudoso penalti que permitió a los coruñeses terminar el partido con dignidad. Sólo la absurda expulsión de Múgica alteró el final.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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