La lluvia impuso el respeto al nuevo código

La aplicación del nuevo reglamento de circulación no precisó ayer, en Madrid, de una vigilancia minuciosa de los policías municipales. La lluvia, presente durante buena parte de la jornada de forma copiosa, provocó atascos de tráfico propios de las mejores y más caóticas fechas navideñas y relegó la polémica sobre la obligatoriedad del uso del cinturón en la ciudad a un segundo plano, casi político. No hubo, hasta la ocho de la tarde, ni una sola multa por este concepto, pero el alcalde y su concejal de Seguridad realizaron manifestaciones de contenido distinto, que se interpretaron como discrepantes.

El concejal de Seguridad, Carlos López Collado, está muy molesto con la Dirección General de Tráfico y, por delegación, con el Ministerio del Interior por la forma en que entró en vigor ayer el nuevo reglamento de circulación. El edil recuerda que este código se aprobó el 31 de enero y que, pese a que han transcurrido cuatro meses y medio, no se ha tenido la "cortesía" de informar con tiempo y adecuadamente a los ayuntamientos, que son los que tienen la obligación de vigilar su cumplimiento."No estoy por la insumisión de las nuevas normas, pero está claro que en Madrid, un día como el de hoy, con una situación del tráfico extremadamente complicada, hay cosas más importantes que vigilar si alguien lleva o no el cinturón", explicó el concejal. "Como me entere de que un policía se ha dedicado hoy a poner estas multas, me voy a cabrear muchísimo", dijo por la mañana López Collado. A última hora, tras superar una jornada de colapso en numerosas calles del centro, el edil confirmó que no se había aplicado ninguna sanción por ir sin cinturón.

López Collado se encrespó más cuando se enteró de que en Cataluña el Instituto de Seguridad Vial -un organismo autonómico que prepara campañas preventivas- había pactado con los ayuntamientos postergar la aplicación de estas normas hasta el 31 de diciembre. "¡Qué bonitos los catalanes! A ellos hay que convencerlos, y a los demás, ¿qué?", exclamó.

El alcalde José María Álvarez del Manzano fue más transigente: "El ciudadano que circule por Madrid tendrá que ponerse el cinturón, y si lo encuentra el guardia sin él, no bastará con decir que al concejal de Seguridad no le gusta", informa Servimedia.

El tráfico fue ayer, desde luego, tremendo. La hora punta se prolongó toda la mañana. A las nueve, el gabinete municipal registraba una saturación (vehículos parados) del 92% en los 1150 puntos estratégicos que controla en otras tantas calles de la ciudad, saturación similar a la de otras jornadas.

La intensidad (vehículos en movimiento) era de1,89%, tres o cuatro puntos por debajo de lo habitual. Los coches, en ese momento, estaban atascados en las carreteras de entrada. A la una, el colapso se había trasladado ya a la ciudad, especialmente a distritos como Chamberí (bulevares), Centro (Gran Vía) o Salamanca (Castellana, Alcalá y Serrano).

El concejal de Seguridad interpretó las causas del caos con varias tesis: lluvia, lunes, numerosos semáforos estropeados, accidente de un camión en la M-30 y otras circunstancias. En el centro se celebró la tradicional parada de presentación de credenciales (le los nuevos embajadores en el palacio de Oriente. Este acto, hasta ahora, se desarrollaba los jueves. El edil justificó el incremento de coches en que muchos viajeros de cercanías habían abandonado los trenes por un medio más confortable.

Renfe informó de que en las líneas del sur se perdió ayer un 10% de los viajeros habituales. En las del norte dejó de viajar en tren alrededor del 15%. Un portavoz precisó que este hecho su cede prácticamente todos los lunes y los viernes.