Yánez considera cumplidos todos los objetivos del V Centenario para 1992
Las comisiones nacionales del V Centenario del Descubrimiento de América, reunidas en Veracruz (México), resolvieron trasladar las consideraciones de sus últimos 10 años de trabajo a la II cumbre Iberoamericana, que se celebrará en julio en Madrid. Luis Yáñez, presidente de la comisión española del V Centenario, comentó que se han alcanzado en 1992 los tres objetivos trazados: un acuerdo global sobre la filosofía de la conmemoración; concebir este año como el de Iberoamérica; y sentar las bases de una cooperación de futuro.
El V Centenario quedó disuelto como foro multilateral, si bien recomendó a los 21 países que configuran la Conferencia Iberoamericana asumir el compromiso de tutelar, más allá de 1992, siete programas de trabajo, ya estructurados y con financiación propia.La misión encomendada a partir de ahora al plenario de jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos no lleva implícito un cambio de diseño de la conferencia creada el año pasado en Guadalajara, que continuará con un secretariado pro tempore, en este momento ocupado España, y con una organización anual dependiente de cada país anfitrión.
Entre los siete programas que constituyen el trabajo base del V Centenario durante estos últimos 10 años, según refleja el acta Final de Veracruz, figuran el Centro Iberoamericano de Patentes, una red que preservará la difusión de patentes mediante el intercambio de todos los países; la Asociación de Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica, que se encargará de defender y difundir el patrimonio bibliográfico común; y la creación de un canal educativo de televisión, que tendrá fines esencialmente culturales y llegará a Iberoamérica a través del satélite español Hispasat.
El V Centenario remitirá asimismo a la cumbre de Madrid el programa Pro Andes, que, en cooperación con Unicef, tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de la mujer y el niño en las zonas más deprimidas de América Latina; preservar el patrimonio cultural y poner en marcha el llamado Plan Regional de Inversiones en Ambiente y Salud, orientado a fortalecer la capacidad de cada país latinoamericano para planificar proyectos de potabilización de agua.
