Nunez: "No sé qué siento. Estoy soñando"

El palco de autoridades de Werribley estuvo a punto devenirse abajo. Como si el cafionazo de Koeman hubiera hecho impacto en sus cimientos. Como un resorte, todos saltaron, en una escena histórica, que recordó aquella radiante mañana del 16 de octubre de 1986 en la que toda Barcelona, toda Cataluña, saltó cuando fue nominada para organizar los Juegos Olímpicos. En esta ocasión el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, todos, absolutamente todos se abrazaron al presidente del club azulgrana, Josep Lluís Núñez. Todos lloraron.Núñez fue explicito: "No sé qué siento. Estoy soñando. He sufrido mucho. merecíamos esta Copa de Europa. Llevabamos muchos años pensando que se tenía que ganar este título. Al final lo hemos conseguido". Fl máximo mandatario del club barcelonista admitió que llegó a temer lo peor.

Pasqual Maragall se mostró locuaz: "Esta era la mejor medicina que podíamos tomar antes de los Juegos Olímpicos". Después explicó la importancia del triunfo: "Hemos ganado en la catedral del fútbol; hemos puesto una pica en Werribley, donde más importancia queremos tener, en Europa, y nuestra afición ha dado una inmejorable muestra de comportamiento". "Hacía mucho que esperaba esto. Barcelona esperó cuatroveces por los Juegos y el Barcelona tres veces por la Copa de Europa", remachó.

Gaspart, en el lavabo

Joan Gaspart, vicepresidente del Barcelona, que antes de la final había prometido tirarse al río Támesis en caso de victoría, ratificó que así iba a ser: "Tengo el coche aquí al lado, con todo a punto, el bañador, el albornoz, y ahora mismo, cuando acabe de hablar con vosotros me voy a tirar al agua. El Támesis se merece que me bañe en una noche como ésta". El directivo azulgrana vivió el partido a su manera. Durante la segunda parte estuvo fuera del estadio., Después regresó y se metió en un lavabo y desde allí se enteró del gol decisivo.

Sobre la decisión de Núñez de no presentarse a la reelección en 1993, el vicepresidente barcelonista dijo: "Yo voy a intentar por todos los medios que Núñez siga presidiendo el Barça. Si no lo consigo, habrá que pensar muy seriamente en quién debe ser el presidente. Yo, sinceramente, creo que soy muy forofo y no podría ser presidente".

Pujol, presidente de la Generalitat, se mostró exultante: "Ya tocaba. Ha sido un partido muy bonito y que, la verdad, nos ha hecho sufrir mucho; pero la satisfacción es grande y merecida".

Sobre la repercusión del éxito indicó: "El Barça tiene una identificación tan grande que repercute en toda Cataluña, que crea ilusión y alegría.