Ligar en la 'tele'
Crecen en EE UU los programas de parejas que convierten a los espectadores en mirones
La búsqueda del amor solía ser un asunto privado. Ahora, cuando aquellos que buscan ese algo especial se adaptan a los nuevos rituales de citas y a las nuevas normas sexuales, la televisión ha ampliado su papel como casamentera y abanderada del amor y el ligue en la década de los noventa. "Es una fantasía para el telespectador", dice Rick Rosner, productor y creador de Personals, un juego de citas emitido por la CBS en las últimas horas de la noche, que une parejas utilizando un formato similar al que se usa en los anuncios personales. "La gente mira y dice: 'Me gustaría haber estado ahí. Si hubiera estado, él me hubiese elegido a mí".
El fenómeno del ligue a través de la televisión se inició con The dating game en 1965 -un soltero vividor que escogía su cita ideal, sin haberla visto, mediante una serie de preguntas ligeramente provocativas. Desde entonces, la cita televisiva se ha extendido hasta convertirse en una importante y rentable industria, y el número de programas de este tipo sigue en aumento.
En su noveno año, Love connection es el programa de citas que actualmente lleva más tiempo en antena. Un hombre o una mujer eligen una cita entre tres vídeos, después de lo cual la persona que elige y la elegida vienen a contar a la audiencia televisiva "todo lo que sucedió en su cita".
Su réplica provocativa es Studs. Este programa envía a dos hombres jóvenes a citas ciegas con tres mujeres, las mismas para ambos, y luego trae al estudio a los cinco juntos para que describan, con el mayor detalle sensacionalista, las experiencias vividas.
Por muy picante que Studs pueda llegar a ser, la televisión nocturna lleva los límites de la insinuación sexual aún más lejos. Junto con Personals está Night games, de la CBS, que opone tres mujeres a dos hombres, y a través de una serie de preguntas determina la pareja más compatible. Y para el otoño está prevista la producción de una plétora de nuevos programas sobre aventuras y citas amorosas.
Los productores afirman que el boom de las citas televisivas se ha visto alimentado por la aparente fascinación de la audiencia por ver parejas que se enamoran o se separan, y por el número de personas que gustan de desvelar ante millones de telespectadores detalles íntimos de sus vidas personales. Pero en la era del sida, reconocen, puede haber en el fondo un motivo más serio.
Reacción sustitutoria
"Es posible que sea una reacción ante las realidades de las citas en estos tiempos", opina Rod Perth, vicepresidente de la programación nocturna de la CBS. "Ver esos programas es una cosa sustitutoria. Las citas amorosas son muy diferentes en estos tiempos de lo que eran en la década de los años setenta, de los ochenta, especialmente de los sesenta. La gente tiene que ser mucho más selectiva y juiciosa". Y la televisión puede ayudar en este aspecto, afirma Robert R. Butterworth, psicólogo clínico afincado en Los Ángeles.
"La televisión ha llegado a ser una nueva herramienta de enseñanza", dice Butterworth. "Nos muestra lo que quieren los hombres y las mujeres. Permite a la gente ensayar sin comprometerse. Existe un sentimiento de tratar de entender los rituales de emparejamiento de la década de los noventa. Están cambiando muchas cosas y la gente está confusa. Las personas pueden ver esos programas y averiguar qué es lo que funciona".
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