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VUELTA A ESPAÑA

Victoria de Vanderaerden en un día contra el viento

Carlos Arribas

El belga Eric Vanderaerden logró la victoria en la etapa más lenta. Un fuerte viento de cara frenó la velocidad del pelotón que llegó a Salamanca con hora y media de retraso. El nerviosismo que produjo el temor a los abanicos en los kilómetros finales produjo varias caídas. El colombiano Oliverio Rincón (Keime) y el danes Jesper Skibby (TVM) fueron hospitalizados con conmoción cerebral y heridas en piernas, brazos y hombros, aunque se recuperan de sus lesiones. Jesús Montoya (Amaya) sigue líder la víspera de la dura etapa de hoy.

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Eric Vanderarerden no es un sprinter. Su triunfo ayer fue una victoria de la inteligencia. En las calles de Salamanca el pelotón entró muy estirado. Antes de la recta final hay una larga cuesta que, unida a un ataque de José Rodríguez (Seur), rompió ligeramente la cabeza. El potente Jelle Nijdam, inteligente, aprovechó el momento de la captura de Rodríguez para saltar por el lado contrario. A su rueda, sin desgastarse, su compañero de equipo Vanderaerden. Cuando los sprinters natos quisieron comer el triunfo estaban perdidos. Nijdam, agotado, dejó pasar a su coequipier, quien, fácil, levantó los brazos. Es el tercer triunfo del Buckler en esta Vuelta. A Abduyapárov y a Van Poppel sólo les queda la última etapa para desplegar sus excelencias.Los equipos modestos tenían ayer su última oportunidad de lucir sus jerseis ante las cámaras. Tampoco la aprovecharon. La Vuelta más dura de los últimos años está suponiendo la ruina para muchas escuadras. "Ha sido una ronda de mucha batalla entre los grandes y los corredores están sin fuerzas. Aunque tengan terreno para atacar, no tienen posibilidades, reconoce Faustino Rupérez, director de uno de esos equipos emblemáticos de las escapadas en solitario y la lucha por las migajas.

Además, ayer se les unió el viento de cara que hacía suicida cualquier aventura. Luchar en solitario contra el viento y un pelotón agrupado es Imposible, agotador y estúpido.

Todos coinciden en que este año se ha corrido una Vuelta estilo Tour. En la mejor prueba por etapas la participación está vetada a los pobres. En España, estos equipos dependen de la Vuelta. Sus patrones les piden que aparezcan por la telo, que se hable de ellos en la radio. Si continúa la tendencia imitadora, muchos desaparecerían.

Uno de ellos, el Artiach fichó a Eduardo Chozas. El veterano ciclista madrileño, de 31 años, era una garantía de combatividad, de ataques e, incluso, de triunfos de etapa en el Giro y en el Tour. Este año ha fallado. No sólo no ha ganado un día, tampoco se le ha visto en ningún salto.

"Me agarré un catarro antes de la Vuelta al País Vasco, no pude entrenarme bien y no he entrado en forma. No tengo fuerzas ni para intentarlo" confiesa Chozas, premio de la combatividad en el Giro de 1990. Al modesto, que este año corre su l3ª Vuelta, no le preocupa tanto el aspecto económico del fracaso -su ficha para años venideros depende de sus resultados como el moral: "Cuando no tienes más aspiraciones que terminar la etapa, sueñas todas las noches con no tener que coger la bicicleta el día siguiente".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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