"Ha sido un milagro"

Bjorn A. Aasen había comprado champán antes de zarpar de Valencia. El domingo cumplía 47 años y quería celebrarlo con sus compañeros que navegaban a bordo del Oseberg y del Saga Siglar. No les dio tiempo a descorchar las botellas. Olas de ocho metros y rachas de viento de 100 kilómetros por hora azotaron frente a las costas de Alicante las dos naves, réplicas de antiguas embarcaciones vikingas que iban a ser mostradas en la Expo. Para todos, llegar a tierra "ha sido un milagro".Sólo a Odd Ingvar Storvik se le ha tenido que escayolar una pierna y Frode Saetke sufre contusiones leves. Los demás están bien. "Salimos de Valencia a las 12 de la mañana del viernes; había buena brisa pero el tiempo fue poniéndose cada vez más feo", relata Bjorn, marinero del Saga Siglar.

Poco antes de las ocho de la mañana del domingo, Olav Saetre, capitán del Oseberg, lanzó al mar una lancha zodiac. La bonita embarcación ceremonial del rey vikingo construida en roble y pino noruego se estaba partiendo. Reidar Fonstelien, marinero del Oseberg, recuerda que las olas les lanzaron al mar antes de subir a la zodiac. Ya en la lancha neumática se les rompió el suelo.

Oyeron dos veces pasar a los helicópteros y una vez al avión de rescate, pero la mar estaba tan encrepada y el cielo tan cubierto que no les vieron. Y sucedió el milagro. Ramón Martínez, primer oficial del remolcador Off Valencia que les rescaté, lo recuerda: "Cuando ya habíamos rescatado a los seis primeros tripulantes y volvíamos a Cartagena pues se estaba haciendo de noche, nada más doblar el cabo de Palos les vimos". Habían pasado casi 12 horas a la deriva.