Las mayores, multinacionales se disputan el Channel Five británico
Los principales grupos internacionales de comunicación preparan sus ofertas por la licencia del Channel Five, un canal de televisión que debe empezar a emitir en el Reino Unido el 1 de enero dé 1995. El Channel Five es, aparentemente, el último hueco en el saturado mercado televisivo de la Comunidad Europea, y atrae a gigantes de la comunicación como la Fininvest italiana de Silvio Berlusconi o la norteamericana Time-Warner.
La Comisión de Televisión Independiente (CTI), que dirige la puja, publicó las condiciones de la subasta el pasado 14 de abril. La licencia durará 10 años. Quien la obtenga debe empezar a emitir, lo más tarde, el 1 de enero de 1995, y llegar al menos hasta el 30% de la población británica; debe ofrecer obligatoriamente informativos, reportajes, programas infantiles, educación para adultos y un espacio religioso; y, lo fundamental, debe resintonizar los vídeos domésticos que sufran interferencias en un plazo máximo de 21 días desde la fecha en que el usuario lo solicite. La CTI calcula que la frecuencia del Channel Five afectará al 20% de los vídeos británicos y al 10% de los receptores de canales por satélite, y estima que resintonizarlos costará entre 20.000 y 35.000 millones de pesetas. George Russell, presidente de la CTI, señaló que el cruce de frecuencias constituirá "en el mejor de los casos, un dolor de cabeza, y en el peor, una pesadilla" para quien obtenga la licencia. David Glen cross, director ejecutivo de la ITC, admitió que esta costosa condición previa podría ser insalvable para los grupos ofertantes: "No garantizamos la concesión de la licencia. Podría quedar desierta. Tampoco garantizamos que el Channel Five sea un éxito comercial".
Importantes riesgos
Las vías de financiación han quedado abiertas. La CTI está dispuesta a admitir propuestas que incluyan anuncios publicitarios o una cuota de suscripción (del tipo de Canal + en España), o ambos sistemas combinados. Tres grupos han hecho públicas, por ahora, sus intenciones de acudir a la subasta. El primero de ellos fue la sociedad milanesa Fininvest, del magnate italiano Silvio Berlusconi, que posee negocios televisivos en Italia, España (Tele 5), Francia, Alemania, Estados Unidos y Rusia. Fininvest se presenta como el segundo grupo multimedia europeo y el cuarto del mundo, y, según Berlusconi, quiere "aprovechar la última ocasión de dar vida a una red de televisión nacional en un gran país europeo".
El segundo grupo está encabezado por Justin Dukes, un ejecutivo con gran experiencia en la televisión británica, y cuenta con el respaldo del banco de negocios Rothschilds. El conglomerado Time-Warner, líder mundial del sector de la comunicación, parece estar dispuesto a asumir buena parte del capital de este proyecto. Dukes quiere instalar la sede central de Channel Five en Edimburgo, la capital escocesa, en lugar de Londres.
El tercer ofertante es el canadiense Moses Znainer, propietario de City TV en Toronto. Conrad Black, también canadiense y propietario del mayor periódico británico de prestigio, el Daily Telegraph, mantiene conversaciones con Znainer. Dos productoras de televisión que perdieron sus licencias en la subasta de ITV (Channel Three) el pasado otoño, la famosa Thames Television y TV-am, estudian también la posibilidad de unirse a las ofertas de Dukes o Znainer.
La subasta se abre poco después de la quiebra del canal francés La Cinq, en un mercado como el británico, ya muy saturado. Hay dos canales públicos nacionales, BBC-1 y BBC-2, sin publicidad y financiados con el impuesto sobre los receptores de televisión, y dos privados, ITV y Channel Four. El ITV (Channel Three), la televisión comercial, consta de 16 licencias regionales con informativos y programas comunes y se financia con publicidad. Channel Four se decanta hacia los programas culturales y es sufragada por las compañías de ITV, como parte M precio por su licencia en la cadena comercial.
Adicionalmente, los canales por satélite de Sky Television (uno de noticias, otro de series, otro de comedias, otro de deportes y dos de películas de estreno) han registrado una gran expansión en los últimos 12 meses, y llegan ya a tres millones de hogares británicos.
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