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ETA había ordenado a los autores de la matanza de Santander volver a atentar en Cantabria y Asturias

La dirección de ETA había ordenado a los presuntos liberados [activistas a sueldo] del comando Mugarri Ignacio Recarte Ibarra, de 21 años, y Luis Ángel Galarza Quirce, de 23, detenidos el miércoles en Bilbao, que siguiesen cometiendo atentados en Cantabria y Asturias. Los dos etarras están acusados de ser los autores del asesinato con un coche bomba en Santander, el 19 de febrero, de tres civiles. Una colaboradora de los etarras, que también lo fue del comando Barcelona, huyó de un piso en Santander poco antes de llegar la Guardia Civil.

Los dos presuntos liberados fueron detenidos en plena calle en el barrio bilbaíno de Deusto cuando portaban tres pistolas y dos granadas de mano. Los etarras, que no se resistieron al arresto, se habían desplazado a Bilbao para reunirse con un colaborador. Posteriormente, la Guardia Civil detenía en dos barrios de la capital vizcaína a María Idoia Zamakona Ormaetxe, Joaquín Enedino Núñez Marina, Ramón Bonifacio Alaña Arrinda y Ana Isabel Morante García, acusados de haber prestado apoyo a ambos activistas. Los seis detenidos han pasado ya a disposición de la Audiencia Nacional.Tras la detención, los agentes de la Guardia Civil subieron a Ignacio Recarte a un helicóptero del Cuerpo y le llevaron a Santander para que señalase los lugares que el comando empleaba para su infraestructura. Los liberados, que operaban en Cantabria y Asturias desde comienzos de este año, utilizaban sendos escondites junto al faro de Cabo Mayor, a la salida de la capital cántabra, y en la localidad de Liencres, al oeste de Santander. El comando disponía además de dos pisos francos, uno en el polígono de Cazoña y otro en la calle del General Dávila.

Amonal y armas

Del piso franco de Cazoña huyó apresuradamente poco antes de la llegada de la Guardia Civil Dolores López Resina, una mujer de unos 30 años que está acusada de haber colaborado también con el comando Barcelona de Joan Carles Monteagudo y Juan Félix Erezuma. Su fuga fue tan rápida que se dejó olvidado un DNI a su nombre y la comida recién hecha.

En ambos pisos francos y en los dos escondites, la Guardia Civil intervino 50 kilogramos de amonal, dos subfusiles, ocho granadas Mecar, dos granadas dé fusil, un artefacto tipo-lapa, además de detonadores, temporizadores, centenares de cartuchos, otro material para realizar atentados y diversa documentación falsificada, entre ella dos carnés falsos de periodistas de Diario 16.

El gobernador civil de Vizcaya, Daniel Vega, explicó ayer que los detenidos "poseían numerosa información para cometer atentados contra miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". Agentes de la Policía y la Guardia Civil destinados en Cantabria habían sido seguidos por el comando y controlados sus horarios, según indicó ayer en otra conferencia de prensa el delegado del Gobierno en Cantabria, Antonio Pallarés. En la operación de entrada en los pisos francos participaron unos 50 agentes de la Guardia Civil, muchos de ellos desplazados desde Vizcaya.

Antonio Pallarés indicó que la infraestructura de ETA en Santander data aproximadamente de fines de 1991, en que se suscribieron los contratos de alquiler de las dos viviendas.

Ambos liberados habían huído a Francia y vuelto a atravesar la frontera en enero de este año, con la orden de atentar en Cantabria y Asturias, según Daniel Vega.

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