_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Curas

Le conté al padre Pedro, un franciscano que lleva 15 años ejerciendo de hermano de los pobres en Tetuán, lo del perdón a los asesinos de Ellacuría en El Salvador, y se quedó tan triste como si acabara de narrarme la desgracia de un vecino. En el norte de África todavía se pasan las noticias como rumores lamentablemente confirmados. Luego de refiexionar, el sacerdote dijo: "Yo no soy muy partidario de la línea radical de Ellacuría, pero lo apreciaba".Esa mañana escuché, en un emisora, la voz del provincial de los jesuitas en Panamá proclamar que "ya que no se puede obtener justicia, que haya al menos verdad". Reconocía el pacto al que han llegado la orden, la guerrilla y el Gobierno salvadoreños para otorgar el perdón a los culpables a cambio de la magra concesión de que se conozca su identidad. Es la segunda muerte de Ignacio Ellacuría, que coincide con la impunidad de sus asesinos. Con la impunidad de tantos asesinos.

Todo ello resulta poca cosa si se lo compara con el fondo del asunto el nulo peso que, en la realidad oficial que se ha impuesto a América Latina, han tenido los curas que se implicaron con el pueblo y que dieron su vida de una vez o a borbotones, poco a poco, ignorados y remotos. Como es mentira prácticamente todo, es mentira también esta paz que no ha cambiado las razones de la guerra, pero en El Salvador como en Centroamérica ganan otros radicales, los ministros de extrañas sectas que llegaron del Norte para segar la hierba bajo los pies de los misioneros católicos.

Hablamos de esto en Tetuán, y de lo raro que se ha puesto el mundo. Eramos una extraña reunión. Una reunión que parecía de otra época, un cura franciscano, un rabino sefardí, un viejo republicano español y una periodista. Un grupo de otro tiempo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_