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Entrevista:ALBERTVILLE 92

"Nos preocupa muchísimo el terrorismo"

Pese a esa posición de fuerza personal, Samaranch sigue hablando en la primera persona del plural porque busca siempre la unión en el olimpismo, lo que considera más importante. Se siente feliz y, terrorismo aparte, casi no ve problemas en el horizonte. Cree tener controladas las secuelas políticas (CEI, Yugoslavia, Suráfrica ... ), minimiza las quejas sobre estos Juegos y compara los de Barcelona con el estudiante que ha trabajado todo lo posible, pero al que todavía le falta aprobar el examen.Pregunta. El caos ha rondado estos Juegos invernales que el COI concedió a Albenville para compensar la derrota de París ante Barcelona en los veraniegos. ¿Cuál es su opinión al terminar?

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Respuesta. Al principio de los Juegos, la gente llega y se pone nerviosa. No colabora. Pero, despues, todo ha ido muy bien. Incluso, algunas cosas que se han acabado de comprender; por ejemplo, que no haya habido muchos coches y el exceso de público en las ciudades sedes. Esto ha ayudado muchísimo para que los desplazamientos, ya dificiles por sí mismos, no hayan sido caóticos. La gente ha venido de fuera en transportes colectivos y directamente a las pruebas, en las que ha habido mucho público. En cuanto a la elección de 1986, Albertville-Saboya fue designada antes que Barcelona. ¿Si hubo gente que voto por Barcelona y también por Albertville para quedar bien con Francia? Todo es posible. Esto es también una de las consecuencias, aparte de haberlo hecho para reforzarlos, de haber cambiado el ciclo de los Juegos de Invierno, ya que ahora se determina la ciudad de verano o la de invierno, no las dos juntas.

P. ¿Va a calificar estos Juegos como los mejores de la historia, como hizo con los anteriores de Calgary o los de verano de Seúl?

R. Siempre hemos dicho que eran unos Juegos difíciles. Pero nos hemos encontrado no con la sorpresa, porque ya lo conocíamos, sino con la realidad de que son una gente muy profesional, que conoce perfectamente lo que es el deporte de invierno, sobre todo el esquí. Por algo ésta es la mayor zona esquiable del mundo. Todo lo que era complicado se ha convertido en fácil. Incluso hemos tenido suerte con el tiempo. Cuando lo ha habido malo, se ha reaccionado muy bien anulando el eslalon supergigante y programándolo al día siguiente entre las dos mangas del gigante. Pero, a pesar de eso, no me atrevo a decir que han sido los mejores Juegos de la historia. Han sido muy importantes, mucho mejor de lo que esperábamos... En definitiva, un sobresaliente.

P. ¿Cree que van a ser un fracaso económico como se empieza a temer?

R. No, porque en los Juegos siempre hay que hacer dos balances, el de la organización en sí y el de las cosas que se han hecho por su celebración, que quizá también se tendrían que haber hecho, pero dentro de unos años. Esta región deberá muchísimo a los Juegos. Se ha modernizado muchísimo; sobre todo, sus vías de transporte. Los atascos de tráfico eran históricos, titulares de primera página en febrero con motivo de las vacaciones de esta época. Esto se ha solucionado. Incluso el tren de alta velocidad llega hasta Moutiers, por lo que en muy pocas horas puedes estar desde París en las pistas para esquiar. Creo que no sólo se ha paliado lo que faltaba, sino que se ha avanzado bastante tiempo.

P. ¿Seguirán las limitaciones?

R. Los Juegos no son para turistas, como se ha visto. En los de invierno aún hay sitio para más deportes, no como en los de verano, donde las habrá por marcas. Pero, en cualquier caso, no me ha gustado el ballet. El curling se valora por sí solo con el detalle de que ha habido más participantes que espectadores. Sin embargo, los 1.000 metros de velocidad me han impresionado.

P. Después de sus repetidas críticas a la organización de los Juegos de Barcelona, diciendo primero que el COOB no iba a poder, solo, llevarla adelante y después que habrá cosas sin terminar, hoteles e infraestructuras, ¿cómo ve la situación actual?

R. Pues, en fin, se va inaugurando todo lo que se debía inaugurar. La cuestión deportiva está bastante descentralizada, como debe estar. Esperemos que todo vaya bien. Pero, claro, esto es como lo del estudiante: estudia más o menos bien y muy bien en los últimos meses, pero luego viene el examen y no es fácil. El juez de este examen será la gente que nos va a visitar y, principalmente, los medios informativos. En realidad, siempre pasa lo mismo. Quizá ocurra como aquí. Al principio, creemos que faltarán entradas y hoteles. Pero luego hay hoteles porque la gente se espanta y prefiere verlos por televisión.

P. ¿Piensa que en Barcelona también se han avanzado bastantes años en infraestructuras como en Saboya?

R. Bueno, en Barcelona se han cubierto unas lagunas importantísimas, pues era una ciudad colapsada, antipática de vivir. Ahora, la gente que circula por Cataluña y va al norte o al sur, al levante, podrá evitar fácilmente el paso por ella.

P. ¿Tiene la sensación de triunfo también ante el COOB, que, al final, ha tenido que pedir ayuda?

R. No, no. En general, el comité organizador ha trabajado bien. En fin, también trabajando se aprende. Siempre he dicho y repetido lo mismo: que los Juegos de Barcelona no son los Juegos del comité organizador, sino los de toda la familia olímpica y, principalmente, del COI. Aquí no hay dos barcos. Sólo, uno. Si navega bien y llega a buen puerto, será la victoria de todos. Por eso, al final, no puede haber competencia. Lo que pasa es que, al final, mucha gente se convence de que los que más entendemos de los Juegos somos nosotros porque hace 100 años que los organizamos.

Recuerdo a Saporta

P. ¿El problema del terrorismo es el que más preocupa con vistas a Barcelona?

R. Nos preocupa mucho, muchísimo. Pero, al mismo tiempo que esa alta preocupación, también hay una confianza en el Gobierno español. Hay dos hechos que siempre cito: la Copa del Mundo de fútbol de 1982 y la última Conferencia de Seguridad. No pasó nada. Por cierto, la Copa del Mundo, tan criticada por el fracaso de la selección española, tuvo una organización buenísima y por la que algún día se debería dar a Raimundo Saporta el homenaje que se merece. Por otra parte, la Conferencia fue inesperada. En Barcelona han tenido seis años para preparar lo que quieren hacer. La preocupación existe. Pero tenemos una gran confianza en que el Gobierno español sabrá tomar las medidas oportunas para evItar que pase cualquier cosa.

P. Recordando el desastre de 1982, se avecina otro en 1992 como el de aquí, salvo en lo relativo a Blanca Fernández Ochoa?

R. Bueno, no se puede hablar de desastre aquí porque ha sucedido lo esperado. La participación de España en estos Juegos de es meramente simbólica. No hay milagros. Eso sí, a Blanca hay que convencerla entre todos de que no se retire porque, si lo hace, en los próximos, los de 1994 [tendrá 30 años], no lograremos ninguna medalla. En los otros, los de verano, ya se han ganado varias.Los últimos resultados no tienen que aumentarse, sino multiplicarse. Esto ayudará al éxito de los Juegos. Va muy unido. Ya se ha visto también aquí en el momento en que Francia ha empezado a ganar. Al éxito de los de Barcelona tiene que ayudar mucho la actuación de los españoles.

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