Líos de famífia
"¿Problemas? ¿De qué tipo? Yo no tengo problemas".Blanca guiña un ojo y, cuando se le aclara que la referencia es a los factores externos, a si le afectan aún las secuelas de las duras declaraciones de su hermano Paco criticando al resto del esquí español, añade: "No; eso lo tengo aislado ya. Precisamente, hemos estado trabajando sobre ello. Me han hecho daño, pero ahora estoy bien".
El problema, sin embargo, subsiste. Fundamentalmente, se concreta en la disparidad de criterios que ha existido siempre entre el campeón olímpico de Sapporo 72 y el director técnico del equipo nacional y marido de Blanca, el italiano Daniele Fioretto. "Yo no he querido contestarle por respeto a mi hermana", dice Paco; "es su última gran oportunidad y no quiero hacerle más daño". Paco sólo ha visto a Blanca ayer, mientras subían en el telesilla. Hablaron de las carreras. Sin más. Estos aparatos se han convertido en el único escenario de las conversaciones familiares. Hace tres días tuvo otra en el aire con su cuñado en la que quiso aclararle su postura de no hablar por ahora. Fue un diálogo tenso. Sin más, también. Pero en el futuro todo es posible.
Paco se disculpó públicamente al principio de los Juegos, por unas duras declaraciones que había efectuado días antes contra el desastroso esquí español. Pero no las desmintió porque son una realidad. Daniele, aunque suavemente, dijo que habían sido desafortunadas, pero no se atrevió a comentar en público que son la verdad. En privado, lo admite y habla de la solución: "No se resolverá hasta que se mejore la base con la creación de un colegio y se trabaje con 100 niños a largo plazo. Aun así, no se puede garantizar la figura, pero sí mejorar el nivel. Lo poco que ha salido, como Blanca, ha sido del colegio del Valle de Arán".
Pero Paco es más directo y no tiene precisamente buena opinión de su cuñado como técnico. Es otra realidad que la relación familiar ha complicado la situación. Juan Manuel, el otro hermano que tuvo un buen nivel, se apartó de la dirección técnica de la federación española para dejar paso a Fioretto, entonces novio de Blanca. Ellos son los que más han discutido, por ejemplo, su decisión de cambiar a Blanca del eslalon gigante al especial.
El panorama es así de turbio. A Fioretto se le acusa de haberse aprovechado de Blanca, simplemente, pero sin haber hecho nada en varios años al frente del esquí español. Más aún, cuando con el programa ADO la federación cuenta ahora con 500 millones de pesetas anuales. "Para quedar en los puestos que quedan es mejor no venir", dice Paco. Tiene razón. Con que vengan Blanca y sus hermanos, a apoyarla, como esta vez, a diferencia de la de Calgary 88, es suficiente.
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