El profesor que apuñaló a su ex esposa dice que se enteró del crimen por la prensa
Mauricio Triguero, de 51 años, acusado de matar con un cuchillo a su ex mujer, declaró ayer al Tribunal que le juzga que no recuerda absolutamente nada de] asesinato, y que se enteró de¡ crimen por la prensa. Triguero mató a María Esteban Muñoz, profesora de EGB, delante de los 28 alumnos a los que ella estaba dando clase. Su versión de que su ex mujer le impedía ver a su hijo fue contradicha por una hermana de la fallecida, que acusó al parricida de haber propuesto a su hijo: "¿Quieres que matemos a mamá?".
Ante una sala abarrotada de medios informativos y representantes de diversos colectivos feministas, Mauricio Triguero, ex seminarista y hombre de fuertes convicciones religiosas, desgranó todo un rosario (le discrepancias con su ex mujer: "Sólo podía ver al niño cuando ella quería. El fin de semana anterior a los hechos el portero me entregó una nota en la que decía que se había llevado a Héctor a un cumpleaños. Llegaron de noche y cuando le pedí que me entregara a mi hijo se negó rotundamente, diciendo que estaba muy cansado".El procesado describió su peregrinaje por juzgados y comisarías denunciando a su ex esposa y explicó que la situación se agravó cuando ella sacó al niño del colegio público Ciudad de Valencia, en el que ambos ejercían como profesores.
La fiscal sacó a relucir el contenido de unas cintas que Mauricio Triguero grabó con sus impresiones en las fechas anteriores a los hechos. Algunas de sus frases resultaban bien reveladoras: "No tengo más solución que emplear la única arma que me queda, la fuerza. Soy consciente de lo que hago y no me arrepentiré nunca". En una de las cintas se imaginaba a su hijo como "a un niño con su madre en la tumba y su padre en la cárcel".Niños de seis años
El parricidio que Mauricio dijo no recordar ocurrió sobre las tres y media del 21 de febrero de 1991. Mauricio dejó sobre la mesa de su clase un sobre con un manuscrito y tres cintas de casete dirigidas al director del colegio, al juez y a su hijo. Después se encaminó al aula donde su ex mujer impartía clases a niños de seis a siete años armado con un cuchillo de monte. Entró en el aula, cerró la puerta, y delante de los niños asestó 11 puñaladas su ex-mujer. Después huyó y se entregó en comisaría.
"Pensé que algo pasaba al oír los gritos de terror de los niños" declaró Soledad Pena, profesora de una clase vecina. "Me le encontré al salir y me dijo: "Todo ha terminado'. Los niños no le reconocieron y gritaban que había entrado un hombre que había apuñalado a su profesora. Se abrazaban a mis piernas porque creían que también les podía matar a ellos".
El procesado, sin embargo, ni siquiera reconoció la posibilidad de haber matado a su ex esposa: "Jamás sería capaz de hacerlo. No soy capaz ni de matar a una mosca". En otro momento, dijo que no siquiera le constaba que estuviese muerta. "Tendría que verla", añadió.
Las acusaciones hacia su ex-mujer fueron contradichas por Dionisa Esteban, una hermana de la fallecida, que aseguró que el niño "odiaba al padre y se angustiaba cada vez que le tocaba salir con él". "Mauricio tiene un carácter muy agresivo cuando no se hace lo que él quiere". La testigo relató que el procesado cogió en una ocasión por el cuello a su mujer para sacarla del coche. "Nos dijo que íbamos a morir todos a sus manos. Pero el temor de mi hermana era que algún día matase al niño". Otra profesora del colegio corroboró que el niño no quiere ni oír hablar de él. Los psiquiatras apreciaron en Mauricio una sobrevaloración de sus desavenencias conyugales que le llevaron a una situación de angustia y estrés emocional, intensificado en los últimos meses. Su personalidad es normal, aunque en el momento del crimen pudo sufrir un "eclipse parcial de su voluntad", que disminuye su imputabilidad. Sobre la amnesia, dijeron que puede ser real, como mecanismo de defensa ante lo espantoso del crimen. La fiscal le pide 29 años de cárcel y las acusaciones 30. El juicio proseguirá hoy.
