Gutiérrez cierra el congreso de CC OO sin resolver sus discrepancias con otros dirigentes
El secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez, ha logrado un acuerdo con las minorías del sindicato pero no ha cerrado las discrepancias con destacados miembros de la dirección del sindicato que siempre han estado en la corriente mayoritaria. Agustín Moreno afirmaba ayer mismo, en el último día del congreso confederal, que "el voto de castigo a Marcelino Camacho ha sido ruin y organizado" y el presidente de la central no tuvo reparos en dar nombres de candidatos para sustituir al secretario general. "Hay muchos", declaró. Camacho, "pero quizás Agustín Moreno sea uno de los mejores".
El líder de CC OO inició ayer su segundo mandato al frente del sindicato con un discurso conciliador, en el que tuvo palabras cariñosas y halagadoras para muchos dirigentes del sindicato, sobre todo para quienes han mantenido diferencias con él. De Marcelino Camacho dijo que "permanece en la locomotora de nuestro tren, aunque a veces sufre un poco de vértigo".Esa referencia fue bien recibida por Agustín Moreno y Salce Elvira, los dirigentes ahora enfrentados a Antonio Gutiérrez. Moreno afirmó que "el voto de castigo a Marcelino Camacho no ha sido espontáneo". No quiso explicar la procedencia de los votos en contra de la reelección del presidente de CC OO -Camacho recibió 161 noes, 127 abstenciones y el respaldo del 68% de los delegados-, y se limitó a afirmar que "ya tuvo bastante con la derrota de su enmienda". Ésta trataba de reducir de tres a dos mandatos la permanencia máxima en los cargos directivos. Moreno cree que el congreso ha sido "excelente" y que se podía haber evitado lo que califica de "borrón de última hora".
A lo largo de los debates no se han tratado las discrepancias en materia de acción sindical, política organizativa y métodos de dirección que enfrentan al número uno y el número dos. El argumento dado por Agustín Moreno, que permanece como secretario de Acción Sindical y recibió el aplauso más largo de todo el congreso, es que Ias diferencias las veo en el pasado" y asegura que se dispone a trabajar en la dirección de CC OO "con la misma lealtad y honestidad".
Gutiérrez destacó que se ha logrado "un consenso sin unanimidad", dado que ha sido reelegido con un respaldo del 83% de los delegados y que no todas las enmiendas han sido admitidas.
Satisfacción de las minorías
Los representantes de las corrientes minoritarias son quienes más satisfechos se encuentran del desarrollo de los debates. Julián Ariza, quien rechaza ya la denominación carrillista y se considera parte de la mayoría del sindicato, asegura que CC OO entra en "una nueva etapa en la que el viejo concepto de mayorías y minorías ha cambiado". A partir de ahora, afirmó, "el sindicato se agrupará por propuestas y no por afinidades partidarias".Joaquín Nieto, líder de la Izquierda Sindical, está convencido de que en este congreso se ha avanzado hacia un sindicalismo que reconoce "las diversidades y empiece a tener en cuenta a nuevos colectivos y problemas", como el medio ambiente, la xenofobia o la marginación de las mujeres. Él asegura que la fluidez del voto y el hecho de que los delegados no hayan seguido directrices, ha permitido que sus propuestas y enmiendas hayan tenido entre el 15% y el 40% de apoyo, cifra muy superior al número de delegados miembros de Izquierda Sindical.
Los delegados del congreso confederal de Comisiones Obreras se han comprometido a trabajar por reducir la precariedad en el empleo, contra la economía sumergida y a apoyar a los trabajadores eventuales en sus relaciones con los empresarios. Para ello reclamarán al Gobierno que cambie la legislación en materia de contratación temporal y pedirán en las empresas la conversión de los eventuales en fijos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.