El Barça desquició al líder italiano

El Barcelona apeló a lo que le queda, al músculo, al nervio, a la improvisación, a la rabia, para ganar al líder de la Liga italiana. Desprovisto, por la mera razón de su bajo número de efectivos, del más mínimo poder de respuesta razonable ante el baloncesto ajedrecístico, repleto de matices y recursos, que utilizó el Knorr de Bolonia, el equipo que ahora dirige Manolo Flores tiró por la calle de enmedio. La providencia fue benigna con un equipo tan necesitado de1a victoria, tanto por el precario estado de salud de su plantilla como por la crisis abierta con el alejamiento de su técnico Bozidar Maljkovic del banquillo.Cuando el virtuoso cuarteto de bajitos del Knorr comprobó cómo el insolente cuatro del Barcelona (léase Galilea) empezó a contestar a sus triples, a meterse hasta la cocina y hasta sacar alguna falta personal de gentes que le sacan más de 30 centímetros, se vino abajo. Y con ellos, y con Brunamonti, Zdovc, Coldebella y Morandotti, se fue al traste el entramado táctico que utilizó su técnico Ettore Mesina. Entonces se decantó el partido. Fue justo cuando los pequeños resquicios que se abrieron en el marcador fueron favorables al Barcelona. Además en un momento crítico, cuando Flores llevó al banquillo a Epi, con cuatro personales. Un triple y una jugada con canasta y tiro adicional de Galilea le dió la vuelta a la situación, del 50-53 se pasó al 56-53.