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Tribuna
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Niños rubios

Ha empezado en televisión la campaña de juguetes, y la mayoría de los niños que aparecen en pantalla disfrutándolos son rubios como la cerveza. Niños preciosos; niños sonrosados; niños bien comidos, rubios y con los ojos azules.Esta arbitraria discriminación de los niños morenos en favor de los, niños rubios con los ojos azules es una solemne tontería; un pasteleo comercial; una exaltación gratuita de la raza aria, ya ves. Y todo para deslumbrar a las pobres criaturas de todos los colores y sus incautos padres, con la prosaica finalidad de venderles un montón de juguetes a precios prohibitivos.

Un servidor manifiesta que, de chavalín, jamás pudo jugar con máquinas de planchar, cocinillas electrónicas, muñecos meones, muñecas dotadas de un par de tetas puestas como Dios manda, todo lo cual aparece en las televisiones animado y fastuoso, como maravillas del paraiso donde reinan los niños rubios con los ojos azules.

Un servidor ha de reconocer, en cambio, que de pequeñito mató miles de indios y dejó limpio de cuatreros todo el Oeste americano. Los motivos por los cuales un servidor pasó su infancia cabalgando praderas montado en una silla, tendiendo emboscadas debajo de la cama y corriendo bandoleros a tiro limpio por los pasillos de su casa, nunca las ha sabido a ciencia cierta, pero no cree que guarden relación con su morenez natural. Por ejemplo, de adulto seguía siendo moreno y sin embargo ya no le daba por matar a nadie.

El juguete es una excusa para jugar; no la maravilla del paraíso donde reinan los niños rubios con los ojos azules. Entre otras razones porque en el paraíso de los niños reinan también los gitanitos, los negros y los morenazos como un servidor, posiblemente divirtiéndose de lo lindo con el fantástico juego de las chapas.

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