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Walker dominó los mates, y Cervantes, los triples

JOSÉ MIGUÉLEZ, Kenny Sky Walker y Óscar Cervantes, ambos del Granollers, se impusieron en los concursos de mates y triples, respectivamente, de la Liga ACB, disputados ayer en el Palacio de los Deportes de Madrid. El ex NBA encontró un serio rival en el americano del Colla do Villalba, Henry Turner, que desperdició lo mejor de su repertorio en las semifinales. La primera jornada del All Star'91 fue un espectáculo con inconfundible sabor americano. No resultó, sin embargo, del agrado del público, mayoritariamente del Estudiantes, que soñaba con los respectivos triunfos de Winslow y Herreros.

La NBA, pionera en este tipo de jornadas-espectáculo, no podía estar ausente ayer. Todo estaba hecho a imagen y semejanza de su All Stars. Un presentador buscando constantemente el aplauso de los espectadores, una música marchosa acompañando cada lanzamiento o cada salto y hasta un grupo de bellas animadoras que, en ocasiones, resultaron más interesantes para los asistentes que la propia competición en sí. Sólo faltaba por saber si los 16 participantes darían la misma talla que los profesionales de EE UU. Todo apuntaba a que sí. Sobre todo, porque Sky Walker, vencedor como se esperaba del concurso de mates, ya sabía lo que era ganarlo en la NBA.

El triunfo del ex jugador de los Knicks de Nueva York no fue un paseo. Primero, porque no contaba, como Winslow, con el aliento mayoritario del público, y segundo, porque Henry Turner hizo tantos o más méritos que él para llevarse la victoria. Salvó los dos obstáculos gracias a que Ricky no quiso dar guerra y a que Turner no supo escoger el momento oportuno para dejar sus mejores mates.

Con cada salto de Sky el tópico castizo "De Madrid al cielo" cobraba sentido. Walker esperaba a que en el videomarcador apareciera su imagen, se agarraba las lenguetas de sus zapatillas, iniciaba la carrera, buscaba el cielo y cuando veía próxima la canasta soltaba con fuerza el balón. Y antes de sentarse, un baile para ganarse al público. De sus nueve mates válidos, cinco obtuvieron la máxima puntuación. El mejor lo había destinado para el primer intento de la final, pero no acertó con el aro. Lo repitió, ya con éxito, después. Cosió el balón a su antebrazo derecho, se cubrió con la izquierda la cara, arremetió contra la canasta, la esquivó por milímetros y, una vez pasada, le regaló la pelota. 50 puntos.

Israel y la silla

Pero Turner igualó puntuación y fue necesario un desempate que se decantó finalmente del lado de Walker, que se llevó así el medio millón de pesetas de, premio. El jugador del Collado Villalba, que también había conseguido cinco veces la máxima calificación, ya no pudo hacer nada. Antes, eso sí, se había destapado con la mejor canasta. Llamó a Israel, un niño, y le sentó en una silla mirando al aro. Turner se dirigió hacia él, le superó con un enorme salto y, mientras aterrizaba, encestó.

Antes, el concurso de triples había puesto menos espectacularidad sobre la cancha, pero más tensión. Cervantes obtuvo el premio a la constancia y después de haber perdido en la final de las dos ediciones precedentes se llevó por fin en ésta la victoria. También 300.000 pesetas. Y lo hizo porque supo escoger mejor el balón que convenía encestar. En la final ambos lograron 16 canastas, pero Cervantes lo hizo las cinco veces que tiró con el balón tricolor, que puntuaba doble, y Jackson sólo acertó dos.

Al final, sólo salió descontenta La demencia porque no vio ganar a los suyos. Pero tuvo tiempo para consolarse. "No pasa nada, la Liga está ganada", gritó cuando quedaron fuera Winslow y Herreros. Luego se dedicó a animar en exclusiva a las Stars Sister's.

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