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El secuestro más corto

Amparo Salvador fue liberada ayer después de permanecer dos días raptada en Valencia

"Estoy bien, muy bien, gracias". Amparo Salvador Camps no dijo más. Ni a la salida de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, a donde fue trasladada tras su liberación, ni a la puerta del chalé familiar de Paterna, donde se repone de las emociones vividas en los últimos dos días en compañía de su secuestrador. Envuelta en un abrigo negro y con gafas oscuras, aparentaba gran entereza.Amparo, de 35 años, había sido liberada unas horas antes con las manos atadas a la espalda, junto a un bar de la localidad de Llíria, a 24 kilómetros de Valencia. Finalizaba así una odisea que se inició en la noche del pasado martes y que su familia no conoció hasta el día siguiente, cuando una voz anómima le pidió a su padre, Rafael Salvador, presidente del Consejo de Administración de Río Productos Alimenticios, SA, un rescate de 125 millones de pesetas.

Minutos después de la liberación, un teniente de la reserva, Trinidad Valdés Navarro fue detenido como presunto autor del secuestro. El hombre fue apresado cuando conducía el coche de su víctima, un Ford Sierra azul, con el que se había dado a la fuga. Fuentes relacionadas con la investigación llevada a cabo por la brigada provincial de Policia Judicial mostraron su malestar por el hecho de que no se les hubiera comunicado la detención del secuestrador ni se les hubiera entregado el sospechoso horas después

Ni Amparo, separada desde hace años, ni sus familiares accedieron a precisar si se había pagado o no el rescate. Fuentes policiales afirmaron que no ha sido pagada cantidad alguna, aunque estaba preparada una entrega controlada de 85 millones de pesetas, cifra a la que se había llegado después de un regateo. Gerardo Salvador, tío de la víctima, sólo accedió a comentar que los secuetradores la habían tratado bien y que se encontrabá en perfecto estado de salud. "Todo ha terminado felizmente", precisó Gerardo. La mujer, según fuentes de la investigación, permaneció retenida en un chalé de la localidad alicantina de Denia. El único detalle trascendido es que se trataba de un lugar "húmedo"

"Amparo no sufre el síndrome de Estocolmo. Me lo ha dicho explícitamente", señaló el jefe superior de policía de Valencia, Jesús Prol, tras tomarle declaración. "Asegura que no puede reconocer a nadie, porque durante todo el tiempo ha tenido la cabeza cubierta con un capucha. Cuando se la quitaban para comer, el secuestrador -ella sólo se ha relacionado con una persona- llevaba el rostro tapado".

Alumna del colegio de las Madres Escolapias de Valencia, Amparo Salvador estudió más tarde idiomas y, en la actualidad, ocupaba parte de su tiempo en la farmacia que una de sus hermanas -Inmaculada- regenta en la localidad de Requena, a unos 60 kilómetros de Valencia. Vive en un amplio chalé de la urbanización Montecañada, en Paterna, en compañía de tres perros.

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