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Las soluciones del PP al tráfico están" en estudio" y son "a medio plazo"

Juan Antonio Carbajo

Las multas de 50.000 pesetas (por saltarse un semáforo en rojo) o de 35.000 pesetas (por aparcar en doble fila) serán eliminadas. Los grandes camiones de reparto tendrán prohibida su entrada a la ciudad. Se construirán grandes aparcamientos disuasorios a orillas de la M-40 y en el hipódromo de la Zarzuela. Se realizarán un centenar de estacionamientos con 32.000 plazas. Se instalarán semáforos inteligentes que regulen automáticamente los ciclos en función de la intensidad de circulación. Son algunos de los anuncios realizados ayer por el concejal de Circulación del Ayuntamiento de Madrid, José Antonio García Alarilla, que, sin embargo, no respondió a las preguntas de ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde? Todo, dijo, "está en estudio".

La política municipal del PP en tráfico a corto plazo se basa en la terminación de proyectos iniciados antes (la modernización del sistema que regula los semáforos), la realización de estudios y encuestas (sobre el tráfico en la Puerta del Sol y "diversos aspectos de la ciudad relacionados con la circulación") y la continuación de la política de aparcamientos para residentes.

Puerta del Sol

Y además, el intento de poner en marcha el convenio firmado con la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) para convencer a algún taxista de habilitar su vehículo para el traslado de minusválidos. La reforma del coche cuesta tres millones, y uno lo pone la ONCE. De momento ningún taxista se ha sentido atraído.Sobre la Puerta del Sol, que hace un mes acortó su horario de restricción al tráfico privado, aún no hay conclusiones concretas, aunque ya se descarta levantar totalmente la prohibición.

A "medio plazo", la concejalía tiene previsto modificar las ordenanzas de circulación, de carga y descarga y que regula las mudanzas. García Alarilla insiste, como viene haciendo desde que tomó posesión de su cargo, en que las multas son desproporcionadas. "Deben tener un efecto disuasorio, sin perjudicar la economía de las familias". Su objetivo es bajar las sanciones y garantizar que se cobran, especialmente a los reicidentes. Pero aún está en estudio.

Impedir que los grandes vehículos de reparto circulen por el centro de Madrid depende de otra medida prevista "a largo plazo": la construcción de grandes depósitos de mercancías a las afueras de la ciudad, donde la carga se trasvasaría de los grandes camiones a las pequeñas furgonetas, las únicas que estarán autorizadas para circular, según el proyecto municipal en estudio.

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García Alarilla también pretende que la grúa sea dura con los reincidentes, pero "dé facilidades" al resto de ciudadanos, "que ya tienen suficientes problemas". Y tiene claro que si el propietario llega cuando la grúa está cargando su coche se le debe devolver, "aunque se quede con la multa".

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