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Entrevista:

"Algo he oído"

Juan Carlos Sanz

Teófilo Serrano, navarro de 41 años, responsable del PSOE madrileño, repite machaconamente que sólo quiere acuerdos y trabajo al 100% en su organización. Curtido en la Administración del Estado, pide que los debates se guarden para los congresos. Este ingeniero de Caminos, que se niega a pensar que alguien quiera puentearlo, llegó a la secretaría general con la etiqueta de guerrista, en el congreso que, aparentemente, cerró las heridas causadas por el largo enfrentamiento entre Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad, y José Acosta, presidente de la Federación Socialista Madrileña (FSM).

Los seguidores de este último, los acostistas, se han reunido hace poco, el martes pasado, con el vicesecretario general del partido, Alfonso Guerra, que también conversó recientemente con otros militantes de la FSM, esta vez convocados por el ex alcalde de Madrid Juan Barranco (opuesto también a Teófilo Serrano en el periodo previo al congreso madrileño). Guerra, en cambio, no se ha reunido con Serrano.

La presente entrevista concedida a EL PAIS se celbró anteayer, jueves.

"Un acto privado"

Pregunta. ¿Cómo interpreta, usted la última reunión de Alfonso Guerra con José Acosta y alcaldes socialistas?Respuesta. Algo he oído. Pero si tuviera que interpretarla de alguna forma pensaría que se trata de un acto privado. Si fuera un acto político formal, el secretario general de la federación estaría enterado. Tampoco ha sido costumbre nunca en el PSOE, ni creo que lo sea en el futuro, que se produzcan desestabilizaciones de direcciones políticas que han sido elegidas hace ocho meses con el 100% de los votos. Me niego a pensar que haya una maniobra extraña o cualquier tipo de desestabilización, ése no es el estilo de mi partido.

P. Y la cena de Barranco con Guerra y otros militantes de la federación... ¿También fue un acto privado?

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R. Esa sí que fue una reunión privada. Me consta. Pero no hago comentarios sobre su contenido porque yo no estuve en ella.

P. Después de tantos actos privados de Alfonso Guerra ¿aún se sigue considerando un guerrista?

R. Yo apoyo a una comisión ejecutiva nacional, elegida por unanimidad, en la que Felipe González es secretario general y Alfonso Guerra vicesecretario. Ésa es la cultura política de mi partido: apoyar el proyecto de Felipe González. Siempre he dicho que si eso es ser guerrista, pues soy guerrista. Pero si es ser otra cosa, pues no.

P. Guerra ya no es vicepresidente del Gobierno. ¿Ha cambiado algo en el PSOE?

R. Guerra es una persona muy importante dentro del partido y ha tenido un papel fundamental en la política española, y lo sigue teniendo. Pero yo en Madrid lo que busco es un acuerdo. Para mí ya no hay familias en la Federación Socialista Madrileña hasta el próximo congreso. Hablar ahora de sectores, alianzas, cambios...son ganas de perturbar una organización que está al servicio de los ciudadanos, no al de sus propios militantes.

P. ¿Y qué perturba al PSOE de Madrid?

R. En la FSM hubo un problema bastante serio antes del último congreso. La federación estaba dividida en dos partes iguales [leguinistas y acostistas, apoyados éstos por Guerra], y llegamos todos a la conclusión de que había de superar una etapa de debate político intenso y convertir la FSM en una organización capaz de trabajar en serio. Yo no sé si hay algunas personas en la federación que piensan que debe ser de otra manera, pero, en mi opinión, hay que alejar cualquier idea que tenga relación con reabrir debates, que en el partido socialista se celebran durante los congresos.

P. Usted se presentó con Acosta de pareja en el último baile de la FSM.

R. Es cierto, y me presenté para lograr una situación de consenso. Mi puesto era absolutamente negociable. Las circunstancias anteriores de la federación me colocaron en una candidatura, pero podían haberme colocado en otra, pero yo estaba dispuesto a llegar a acuerdos, y al-final todos los sectores decidieron que yo fuera secretario general.

El pacto con IU

P. ¿Se mantiene ahora aquel consenso?R. Tengo la impresión de que los ciudadanos entienden poco a los partidos, que pasan la mayor parte de su tiempo dedicados a sus propios asuntos. Y creo que es obligación de los partidos, y desde luego del PSOE, dedicar el 100% de su tiempo a los asuntos que de verdad preocupan e interesan a la gente.

P. ¿Cuánto le va a costar a la Federación Socialista Madrileña su pacto con Izquierda Unida para sostener a Leguina en el Gobierno regional?

R. Puede que haya personas que opinen que no se debió haber hecho ese pacto, pero deben de ser muy pocas porque si no se hubiese pactado ahora estaría gobernando la derecha en la región de Madrid. Siempre es mejor un pacto de progreso, que es posible con los números de la Asamblea, y que fue aprobado por los órganos máximos del PSOE.

P. ¿Es verdad que le llaman traidor por apoyar a Joaquín Leguina tras salir elegido con Acosta?

R. ¡Qué cosas! Que me llamen traidor por sostener a las personas que van en las listas que ha decidido el PSOE me parece chocante. Mire usted, yo soy el portavoz socialista en la Asamblea, el que tiene que defender al Gobierno de Leguina cuando se le ataca desde la derecha. ¿Qué hace si no un portavoz?.

Leguina o Acosta

P. ¿Le va a tocar elegir entre Leguina y Acosta?R. Afortunadamente, no tengo que elegir entre nadie. José Acosta es presidente de la federación, y Leguina es presidente de la comunidad autónoma.

P. ¿Alguien le quiere mover de su silla?

R. No lo creo. No es lo razonable ni lo normal ni lo bueno. Ni para el partido ni para los ciudadanos que han confiado en él.

P. Entonces, ¿de donde procede el malestar de la FSM? ¿Por qué los alcaldes del sur [de mayoría acostista] se ponen en contra del Gobierno de Leguina?

R. Esta inquietud -que no malestar- puede derivarse de la solución que se dio en el sexto congreso de la Federación Socialista Madrileña. Cuando un dirigente político emplea el 100% de su tiempo en gestionar, estas cosas pierden importancia y se olvidan.

P. ¿Y si dedica menos tiempo?

R. Éste es un partido libre, y todo el mundo puede hacer lo que quiera. Depende de la audiencia que tenga para los proyectos que proponga. En cuanto a la gestión de cada uno en las instituciones, los ciudadanos la valorarán en las elecciones.

P. ¿Y usted, en qué trabaja ahora?

R. Ahora mismo estoy realizando un par de trabajos para que los estudie el comité regional del 23 de noviembre, que seguramente se celebrará en el hotel Chamartín. Ahí se va discutir de todo lo que se quiera.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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