El Tour prescindirá de los Pirineos en 1992 visitará siete de los 12 países de la CE

JAVIER VALENZUELA Si todos los años el recorrido fuera semejante al de 1992, el Tour de Francia debería llamarse Tour de Europa. La próxima edición de la principal competición ciclista comenzará en San Sebastián, eludirá los Pirineos por primera vez desde 1910, recorrerá 7 de los 12 países de la Comunidad Europea (CE) y, eso sí, terminará como siempre en París. Con este itinerario, los organizadores del Tour han querido rendir homenaje a los dos grandes acontecimientos de 1992: el quinto centenario de¡ descubrimiento de América y el establecimiento de la libre circulación de personas, bienes y mercancías en el seno de la CE.

Como manda la tradición de lo últimos años, el Palacio de Congresos del suburbio parisiense de Issy les Moulineux fue ayer el escenario de la ceremonia de presentación del recorrido del próximo Tour de Francia. Ante cientos de personas, en un ambiente entre publicitario, revisteril y deportivo, Jean-Marie Leblanc, di rector del Tour, hizo de maestro de ceremonias. Su locuacidad contrastó con la parquedad de corredor español Miguel Induráin, estrella de la jornada en si calidad de vencedor de la última, edición de esta prueba ciclista.

La primera gran noticia fue h confirmación de San Sebastián como la ciudad de la que, el próximo 4 de julio, arrancará la competición. "Es la primera vez que el Tour comienza en una ciudad española, y la verdad es que ya iba siendo hora", dijo Leblanc. Tres argumentos, según el director de la prueba, han pesado en esta decisión: el hecho de que en ediciones anteriores el Tour ya hubiera comenzado en localidades de Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Suiza; los acontecimientos deportivos y culturales que tendrán lugar en España en 1992, y lo que Leblanc llamó "el homenaje a un ciclismo, el español, que en los últimas tiempos, con Indurain, Delgado y Lejarreta, está en plena forma".

La elección de la capital donostiarra como punto de partida ha obligado a los organizadores a prescindir de las tradicionales etapas pirenaicas, hecho que se sucede por primera vez desde 1910. "No podíamos incluir des de el primer momento el plato Fuerte de la montaña", afirmó Leblanc. Según explicó, los organizadores se quebraron la cabeza para intentar incluir los Pirineos en una fase posterior de la carrera, pero no hubo modo. "El Tour", prometió, "volverá en 1993 a los Pirineos".

Tras el sonoro comienzo vasco-español y tras acercarse apaciblemente a Burdeos, el Tour 1992 dará un gran salto en avión a París. Los ciclistas retomarán ahí sus máquinas para emprender el camino del Norte y realizar en la semana siguiente una gira por muchos países de la Comunidad Europea. En apenas diez días, Bruselas, la localidad holandesa de Valkenbourg, la alemana Coblenza, Luxemburgo, la francesa Estrasburgo y la italiana Sestrieres serán finales de etapa.

La momentánea desaparición de los Pirineos no debe identificarse con una reducción del papel de la montaña en el próximo Tour. Al contrario. Los organizadores han incluido tres duras etapas alpinas -una con la meta, en Alpe d'Huez- y un par más en el nada fácil Macizo Central. Si en 1991 el Tour superó 10 puertos de primera categoría y 6 de segunda categoría, el año próximo tendrá que superar 13 puertos de primera categoría y 10 de segunda categoría. Las dos jornadas reina están Concentradas en dos días consecutivos, jornadas en las que se ascenderán cinco puertos por etapa algunos de ellos tan duros y conocidos como el Galibier, el Telegraph, la Cruz de Hierro y Alpe D'Huez- Como sucediera el pasado año, no habrá cronoescalada.

El hombre que el próximo 26 de julio vista el maillot amarillo en los Campos Elíseos ganará 2 millones de francos tras haber superado 8 etapas llanas, 5 accidentadas, 2 de media montaña, 3 de alta montaña y 4 contrarrelojes. Unos 1.000 periodistas le habrán seguido durante los 3.850 kilómetros de una prueba que habrá puesto los pies en 7 países europeos diferentes.