El Joventut, a dos puntos de hacer historia a costa de los Lakers de Los Ángeles

"Los aficionados tendrán sus dudas sobre si a Liga Profesional Norteamercana es tan buena como parece y sobre la ación de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92"-, dijo Johnson. "Obviamente, estamos decepcionados. Antes del partido sentíamos que pisar la misma cancha que ellos ya era un gran logro. Pero ahora sabernos que podíamos haberles ganado. Si lo hubiéramos hecho, el mito de la NBA se habría. derrumbado", manifestó Villacampa. "¡Por Dios, duele! Pudimos haber hecho historia. Creo que demostramos que somos un espléndido equipo", sentenció Sainz. Lo cierto es que el mundo del basket se achica. Pronto llegará el día en que los profesionales norteamericanos dejen de dominarlo. Ertonces ni siquiera los marines junto al Séptimo de Caballería detendrán a los invasores extranjeros.

Un error de táctica fundamental fue lo único que evitó que el Joventut derrotara anoche a los todopoderosos Lakers. Cuando perdía por dos puntos, a 22 segundos del final, a los jugadores de Sainz no se les ocurrió cometer una falta personal para detener el reloj y obligar así a los Lakers a asegurar su triunfo con tiros libres.

Villacampa se quedó mirando a Johnson mientras Sainz, que tardó ocho segundos en reaccionar, le gritaba. Los Lakers se fueron de París con una victoria regalada. Fue un giro inesperado y apasionante de lo que daba señales de ser otra masacre. Los Lakers llegaron a ir ganando por 19 tantos a mediados del segundo tiempo. Pero, curiosamente, nunca supieron rematar.

Un Joventut sin Ferrán Martínez pudo con lo mejor que ofrece la NBA. Esta mínima derrota puede servir para recordarle que es el campeón español y uno de los mejores equipos del continente europeo. Actuó sin miedo, con un juego rápido y una férrea defensa hombre a hombre.

Sainz no recurrió a sistemas especiales o pases mágicos, aunque su manía de no utilizar tiempos muertos posiblemente contribuyó al resultado. En la primera mitad, Sainz era la imagen de la tranquilidad cada vez que los Lakers realizaban una de sus rachas mortales. En la NBA hasta el ayudante más joven estaría de pie dando voces al cielo y pidiendo una pausa en un intento de romper el ritmo del rival.

Cuando le preguntaron si el Joventut era capaz de jugar en la NBA, Johnson declaró: "Definitivamente, sí. Pero advierto que nuestro calendario es mucho más difícil. Tenemos que jugar cuatro partidos en cinco noches y 82 a lo largo de la temporada. No es como en Europa, donde juegan dos veces a la semana. El nuestro es una locura".

La Demencia es del Estudiantes. Pero en ella, precisamente, se habría convertido el Joventut de haber ganado. Toda el público empezó a apoyarle cuando se dio cuenta que los Lakers y Johnson habían perdido su magia. El Joventut pudo remontar la diferencia de 19 hasta un parcial de 69-61 al llegar el descanso con un triple de Smith cuando sonaba la bocina. La diferencia se volvió a ampliar, 100-89, al final del tercer acto.

Pero el Joventut era como tina sombra, siempre a espaldas de los Lakers, sin despegarse. Cuando quedaban 7.09 minutos, Rafael Jofresa le cortó el balón a Johnson y consiguió una canasta en un contragolpe combinado con Villacampa para poner el 108-99. Dos más tarde Villacampa se aprovechó de una falta técnica de Scott para encestar dos libres de tres y rebajar el tanteador a 110-103. A partir de ahí, la realidad dejó de existir.

El pívot suplente, Ruf, autor de 11 puntos en el cuarto periodo, remató un rebote para el 112-105. Dos libres de Pressley acortaron aún más la diferencia. Cuarenta y seis segundos más tarde, los Lakers perdieron el balón por una falta de Johnson. Una canasta de tornillo de Thompson a tres minutos del final puso el 112-109. La imagen de Ruf enloquecido por la pasión gritándole a Worthy que se atreviera a entrar a la canasta contra él simbolizó el momento. El Joventut creía que podía ganar. Los Lakers ya no estaban seguros de ello. Al cabo, lo hicieron por 116-114 y la ingenuidad badalonesa en los últimos 22 segundos. El Joventut, que juega otra Liga, con un tiempo diferente, nunca olvidará que los llevó al borde del precipio y los dejó escapar.