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Cavaco Silva logra por segunda vez la mayoría absoluta en Portugal

Aníbal Cavaco Silva, primer ministro de Portugal y líder del Partido Social Demócrata (PSD), logró ayer un importante triunfo político al alcanzar por segunda vez en cuatro años la mayoría absoluta en las. elecciones legislativas para designar a los 230 miembros que integran la Asamblea de la República. Sus partidarios se volcaron anoche a las calles de Lisboa en una ruidosa y masiva celebración poco después de conocer la victoria del PSD. La abstención, de casi el 32%, fue seis puntos más alta que en 1987.

El Partido Social Demócrata (PSD) logró, después de cuatro años de Gobierno, casi los mismos resultados que entonces: el 50,9% de los votos; el Partido Socialista (PS), encabezado por su secretario general y alcalde de Lisboa, el abogado de 52 años Jorge Sampaio, no logró el crecimiento que le daban los sondeos y que esperaban los propios dirigentes, aunque con el 29,1 % sube casi seis puntos. Cavaco Silva continuará, pues, al frente del Gobierno de Portugal, cargo que ejerce desde 1985, por otros cuatro años más, durante los cuales Portugal ejercerá su turno de presidencia de la Comunidad Europea y se integrará en el mercado único.La Coalición Democrática Unitaria (CDU), encabezada por el economista de 47 años y vicesecretario general del Partido Comunista Portugués, Carlos Carvalhas, obtuvo el 8,9%, casi cuatro puntos menos que en las anteriores legislativas, un resultado por debajo del 10% que se planteaba como objetivo mínimo.

El Centro Democrático Social (CDS), encabezado por el profesor y ex viceprimer ministro de 50 años Diogo Freitas do Amaral, alcanzó casi los mismos resultados que en las legislativas anteriores, el 4,4%. El dirigente presentó anoche su dimisión, a la vista de los resultados.

La composición del Parlamento portugués, según los resultados provisionales, quedará así: PSD, entre - 128 y 138 diputados, superando cómodamente la mayoría absoluta; PS, entre 73 y 83; CDU, entre 11 y 14, y CDS, entre 4 y 7 representantes.

La novedad estaría en el logro de un escaño por parte de un grupo de reciente creación, el Partido de la Solidaridad Nacional (PSN), que recoge las expectativas de los jubilados, y de otro escaño por parte del troskista Partido Socialista Revolucionario (PSR).

Cavaco había apostado fuerte al anunciar durante la campaña que no se mantendría al frente de un Gobierno de coalición. La postura del primer ministro fue respaldada, como en 1987, por sectores diversos de la población, animados por variadas motivaciones que confluyen en el líder, acentuadas por el vínculo carismático. El cavaquismo dura.

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El caso de España

El crecimiento de la economía portuguesa, sin embargo, fue el telón de fondo que condicionó fuertemente los comportamientos políticos en estas elecciones. En unas declaraciones publicadas el pasado viernes, el primer ministro citaba el caso español para apoyar sus argumentos: "En España tienen mayoría absoluta desde hace 10 años, y es por eso que han podido responder a los múltiples desafíos que debieron afrontar".Anoche, tras conocer su victoria, el primer ministro dijo sentirse "muy feliz" por el resultado, confiar en la capacidad del pueblo portugués "para afrontar los desaflos de una situación internacional compleja y de la integración en la CE". También ofreció "un diálogo constructivo" a la oposición. "El vencedor es Portugal", dijo.

El socialista Sampaio manifestó su decepción personal por los resultados, "ya que esperaba bastante más"; pero dijo que el crecimiento electoral de su partido era el mayor desde 1983 y que se encontraba en un momento "de resurgimiento". "No se logró el objetivo de ganar pero seguiremos con determinación y serenidad trabajando en el futuro", agregó.

El líder comunista Álvaro Cunhal, por su parte, admitió que los resultados eran "una derrota seria" para su partido y que CDU no había alcanzado los objetivos planteados. Añadió, sin embargo, que no era "el principio del fin" de su partido y se ratificó en el análisis de la situación portuguesa. "La vida demostrará que teníamos razón", concluyó.

Un liderazgo carismático

No le gusta hablar de política al primer ministro de Portugal, Aníbal Cavaco Silva. Está allí, en su cargo, desde 1985, para "hacer cosas" por el bien del país, más allá de los intereses y de las estructuras partidarías, y debe seguir en él para afrontar los retos del futuro en un marco de estabilidad, ya que, si así no fuera, los efectos sobre la vida de los portugueses, que ha mejorado durante su gestión, serían negativos. Los votantes comprenden todo eso, pese a las críticas de la oposición, tanto de derechas como de izquierdas, muchas de ellas injustas.Por eso, era mejor volver a la oposición antes que encabezar coaliciones inestables. Lo que antecede es aproximadamente el credo que surge de las palabras y los gestos del primer ministro Aníbal Cavaco Silva: un mínimo de sustancia ideológica para un máximo de rentabilidad política, a juzgar por los resultados en las elecciones de ayer. El camino seguido por este austero hijo de la clase media, licenciado en Finanzas por la Universidad Técnica de Lisboa y de la británica de York, para llegar a su actual poder casi presidencial fue tenaz, poco estruendoso, casi tecnocrático. Y tiene un origen relativamente reciente: una década.

Cavaco Silva, de 52 años, cuenta además con un récord significativo: después de haber sido primer ministro entre 1985 y 1987 y de haber completado la legislatura que culminó ayer, es el gobernante portugués que ha estado más tiempo de forma ininterrumpida en el poder, casi cinco años y medio, si se exceptúan las cuatro décadas del régimen corporativo de Eugenio Salazar. Alto, más bien magro, de mandíbulas austeras y algo tensas, el primer ministro portugués -casado y padre de dos hijos- ha logrado en estos años el sorprendente fenómeno de acaparar el liderazgo de la derecha.

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