Dirigentes del PSOE critican que los 'barones' aumenten su poder frente a la ejecutiva federal
Dirigentes provinciales del PSOE han hecho llegar al secretario general, Felipe González, el desajuste que puede producirse en el partido si avanza la tendencia de crecimiento del poder y la autonomía de los secretarios regionales y presidentes de comunidades autónomas en detrimento de la ejecutiva federal. Estos dirigentes estiman que González es consciente de la situación, y de ahí sus palabras en el comité federal del pasado 27 de septiembre, donde alertó del peligro de "territorialización" del partido, que calificó de más inconveniente que la existencia de corrientes de opinión.
Los portavoces informantes aseguran que todo esto no ocurriría si el vicesecretario general, Alfonso Guerra, ejerciera su papel "plenamente". "El poder en el PSOE está muy repartido, y cada dirigente regional es un virrey en su zona", afirmaba un secretarlo provincial que se siente "aplastado" por su presidente regional, que además simultanea su cargo con el de presidente de comunidad autónoma. Este interlocutor se encuentra pesaroso por el hecho de que la ejecutiva federal, en caso de conflicto, no se impone ante la dirección regional sino que, como mucho, ejerce una función de intermediación.Miembros del comité federal señalan que este, proceso de autonomía de los barones se ha puesto más en evidencia que nunca en la apertura del debate sobre el futuro del Estado autonómico, en el que las diferencias entre unos y otros se han efectuado en una doble dirección: en lo que se refiere a los presidentes de comunidades autónomas y a su efecto en el funcionamiento del PSOE.
Despropósito
Felipe González aprovechó el debate en el comité federal para señalar el despropósito que a su juicio suponía el que cada presidente de comunidad sólo pensara en su estricto ámbito de actuación, y que incluso en su afán de asumir competencias para sus gobiernos estaban llegando a poner en duda el papel del Gobierno central y contribuyendo a dejar vacío de contenido el papel del Estado. Felipe González aseguran que habló de la necesaria cohesión para asegurar la justicia, y proclamó, como ya ha hecho en otras muchas ocasiones, la necesidad de que haya alguien que piense en el todo".Esta reflexión de González, siempre según testimonios de miembros del cornité federal, la traspasó inmeciatamente al partido, y alertó sobre "el peligro de territorialización", que consideró más inconveniente que la existencia de corrientes de opinión. En este caso la interpretación es la de que la comisión ejecutiva federal puede quedar de hecho vacía de poder si los aparatos regionales apuntalan su creciente poder.
"En muchas ocasiones se ha puesto de manifiesto que la ejecutiva no puede hacer frente a las pretensiones de los Bono, Rodríguez Ibarra o Lerma", señalan estos interlocutores, que aducen una razón de verdadero peso para explicar este dejar hacer de la ejecutiva: "Ganan elecciones, y eso está por encima de todo".
Estos interlocutores señalan que la actitud del vicesecretario general, Alfonso Guerra, ha contribuido notablemente a esta dispersión del poder, y consideran que "estaría en condiciones de ejercer plenamente sus muchas facultades como vicesecretario más allá del papel institucional que ahora desempena". Dirigentes socialistas aseguran que en conversaciones informales personas muy afectas a Alfonso Guerra le han requerido para que ejerza su autoritas, a lo que no suele responder, según estas fuentes.
Misterio en torno a Guerra
Lo cierto es que esta actitud de Alfonso Guerra ha dividido la opinión en muchos cuadros y dirigentes socialistas en dos bloques. En primer lugar, aquellos que consideran que Alfonso Guerra "nunca volverá a ser lo que ha sido", e incluso creen verosímil que su distanciamiento pueda ser paulatinamente más acusado. De otro lado, se considera que Guerra está a la espera del desenlace judicial del que envuelve a su hermano Juan, y convencidos de que no se podrá probar nada que le involucre para entonces emprender una nueva etapa de protagonismo. Los defensores de estas dos hipótesis son incapaces, no obstante, de ser rotundos en sus apreciaciones, y reconocen que las intenciones últimas de Alfonso Guerra están rodeadas de un halo de misterio.Distintos miembros responsabilidad en la ejecutiva aseguran que despachan "casi diariamente" con Guerra, y que está "al tanto de todo", para añadir que el secretario de organización, Txiki Benegas, no toma decisión alguna sin consultar previamente a Guerra, que reparte su tiempo entre la sede madrileña de Ferraz y la llamada Gobelas, a las afueras de Madrid, si bien en Ferraz pasa "el 90% del tiempo".
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