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España roza el ridículo y pierde en Reikiavik

España dijo adiós definitivamente a la fase final de la Eurocopa 92 con la peor de las amarguras: la derrota. Su fracaso no tiene paliativos y roza el ridículo al producirse ante un rival de la categoría de Islandia, que humilló a los españoles. Al conjunto islandés apenas puede calificársele como una semilegión extranjera, con algunos jugadores que militan sin mayores alardes en distintas ligas continentales, pero que no pasa de ser un simple alumno algo aventajado del pelotón de los torpes del fútbol europeo.El nuevo seleccionador español, Vicente Miera, no pudo tener así peor debú en un encuentro oficial. Es la primera vez que Islandia, un país de apenas 250.000 habitantes, gana a España después de haber perdido las cinco ocasiones anteriores en que se enfrentaron ambos equipos.

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Pero la culpa, a las primeras de cambio, no pareció tanto del técnico como de un grupo de figuras que se vieron siempre agobiadas por la lucha tenaz de unos rivales con inferior técnica. Hasta el césped les pareció incómodo. Los hombres de Miera no aprendieron la lección que el día anterior recibieron sus compañeros del equipo nacional Sub 21, y que también cayeron derrotados. Posiblemente fue porque sólo presenciaron los últimos 30 minutos del Islandia-España de esa categoría al coincidir con su entrenamiento. Alguien les debiera haber recordado a Butragueño y compañía el conocido refrán de "cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". No hay enemigo pequeño y ahora no valen las disculpas de la falta de motivación porque la clasificación para la fase final de la Eurocopa dependía casi de un milagro. Lo menos que se podía pedir es el milagro en contra de Francia, pero no contra uno mismo. Y después de todo, en el caso de ayer, lo malo no es perder, sino la cara que se te queda. La imagen fue demasiado lamentable.

Islandia inició el partido con la cautela de quien teme el dominio, la técnica y la fama de unos profesionales de lujo como los jugadores españoles. Los islandeses no se aproximaron al área de Zubizarreta hasta el minuto 15 y fue en el lanzamiento de una falta. Mientras tanto los hombres de Miera impusieron su dominio y ritmo engañosos porque no crearon peligro.

La primera clara oportunidad de gol llegó a los 25 minutos en las botas de Poroarsson, un jugador que está dispuesto a fichar por el Mérida, de Segunda División, si le pagan un millón de pesetas de ficha anual. Su disparo fue rechazado por Zubizarreta y un defensa español alejó después el balón y el peligro.

Apenas hubo otro par de ocasiones de peligro por parte de uno y otro equipo, lo que da idea del aburrimiento que registró el primer tiempo. Sólo Butragueño gozó de dos oportunidades de marcar pasada la media hora.

En el segundo tiempo Islandia saltó al campo como si fuese ella la que se jugase la clasificación y no Francia, que la tiene ya virtualmente asegurada. Los delanteros islandeses, favorecidos por los fallos de colocación de los defensas españoles, a los que desbordaron cuando quisieron por velocidad, dispusieron de Ias mejores y más claras oportunidades para batir a Zubizarreta. En las dos primeras ocasiones Eusebio y Abelardo evitaron el descalabro que se veía ya venir. Los hombres de Miera no consiguieron hilvanar una sola jugada. Islandia no desaprovechó la tercera oportunidad y lo que pareció imposible fue una realidad: el equipo local se puso por delante en el marcador. Si esto no hubiera sido suficiente, un segundo tanto sentenció una de las derrotas más humillantes de la selección española absoluta.

El equipo español fue borrado del campo en este segundo tiempo. Su impotencia fue manifiesta y sus jugadores se vieron obligados a agachar la cabeza. España no profundizó ni tuvo continuidad en el juego. Su trabajo se limitó al centro del campo durante el primer cuarto de hora en el que desaparecieron hombres como Goikoetxea, Michel y Martín Vázquez -al final incluso sustituido-, que no encontraron nunca su sitio ni oportunidad de adelantarse por las bandas. Butragueño y Manolo intentaron crear ocasiones de gol pero fueron muñecos ante los gigantes islandeses. Miera pidió claramente más decisión y ataques por las bandas, pero allí no hubo nunca hombres para llevarlo a cabo. Tuvo al final que meter a Hierro a la desesperada para que algún tiro lejano del madridista intentara arreglar el descosido. Pero aquello era ya un roto demasiado grande como para soluciones de emergencia. La selección requiere ya una intervención quirúrgica en toda regla y con anestesia total.

Rafael Cortes: "La derrota tiene que suponer el cierre de una etapa para la selección

El presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, no pudo disimular sus lágrimas al finalizar el partido. El jefe de relaciones externas de la federación, Gerardo González, tuvo que cogerle del brazo e introducirle en una habitación para que no trascendiera a sus acompañantes el estado de su presidente. "No he sentido vergüenza, pero la desilusión no me cabe en el cuerpo", comentó Villar una vez tranquilizado."El resultado ha sido justo. Nos han ganado correctamente y estoy muy triste porque una federación potencialmente muy superior como la española no ha sabido vencer hoy. Es un día terrible porque una selección como la de Islandia nos supere tan claramente e incluso haya podido marcar algún gol más".

A su lado Rafael Cortés Elvira, director general del CSD, dijo: "Esta derrota tiene que suponer el cierre de una etapa en la selección. No se puede seguir así". Y añadió: "No me ha gustado nada el equipo. El público islandés ha gozado como nunca en su vida con el juego de su selección, que ha bordado el fútbol. Espero que cambie el equipo español que hemos visto hoy para los próximos Juegos Olímpicos de 1992. No ha sido el peor partido de España que he visto en mi vida. Los he visto peores. Pero es increíble que un fútbol como el de Islandia, donde viven 250.000 habitantes, gane a una selección superprofesionalizada".

En el palco de autoridades del campo un directivo español que no quiso que su identidad trascienda comentó "haber sentido vergüenza y que el partido representa todo un funeral para el fútbol español".

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