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Olvidos reparables

30.000 artículos se amontonan en la oficina de objetos perdidos

No hay fumador que no haya perdido el mechero, ni miope que no haya extraviado las gafas. Están los que pierden las llaves de casa o del coche en el aparcamiento de los grandes almacenes. Son casos tradicionales que no asombran a nadie, pero están también los despistes increíbles: olvidar en un taxi las cenizas de la madre o dejarse en el asiento de una cafetería un pecho de mujer guardado en formol.

En la oficina municipal de objetos perdidos se apilan en este momento 30.000 objetos repartidos en cuatro secciones: una de objetos robados, otra de objetos encontrados en grandes almacenes y en la vía pública, una tercera para los abandonados en taxis, y la cuarta para los hallados en autobuses de la EMT.En la sección de artículos robados comparten estantería desde un taladro de asfalto hasta una podadora de césped, pasando por una pala excava dora. "Casi todos los artículos los traen los taxistas y los conductores de la EMT, ya que la mayoría de las personas que encuentran objetos perdidos en la calle se los quedan", afirma Máximo Román Egea, jefe de negociado del Patrimonio Municipal y responsable de la oficina. Tan sólo 18 objetos, de los 9.215 que se recogieron en la oficina en los seis primeros meses de este año, correspondían a hallazgos de particulares en la vía pública.

Llaves, libros, carteras, agendas y paraguas se amontonan a centenares, junto a los olvidos inusuales. "Un taxista", cuenta Román, "nos trajo 24 botellas de agua mineral francesa que olvidó un cliente al apearse; y un operario de la EMT recogió una cocina sin desembalar que encontró en una de las paradas de su línea". Por no faltar, hay hasta esposas olvidadas en los taxis por avergonzados guardias jurados que prefieren comprar otras antes que acudir a la oficina a reclamar las que han extraviado.

Listillos y 'espabilaos'

El límite para reclamar un objeto perdido es de dos años y tres meses. Pasado este plazo, la oficina de recogida de objetos perdidos notifica a la persona que halló el artículo su derecho a recogerlo durante los 30 días siguientes. Si tampoco lo reclama esta persona, el objeto entra en la subasta anual del Ayuntamiento.El año pasado se recogieron 15.136 artículos. Menos de la mitad fueron reclamados. Nadie lo creería si tuviese que atender los cientos de llamadas que se reciben en este servicio diariamente. Hay llamadas para todos los gustos: mientras el responsable del almacén firma una orden de devolución, una mujer pregunta por teléfono si tienen gorras de marino, " porque su hijo ha perdido la suya y empieza la mili mañana".

Las cuatro personas que atienden la oficina comentan que acude mucha gente, pero la mayoría va "para ver si saca algo". Reclaman carteras, paraguas o bicicletas. Dan un color o una. descripción que no llame la atención; pero cuando se les interroga sobre la fecha y el lugar del extravío, se lían y no saben cómo responder.

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Para evitar que los espabilados de turno se aprovechen del servicio de recogida del Ayuntamiento, todos los objetos del almacén tienen un número y una tarjeta donde se describe el lugar de procedencia, su fecha de aparición y alguna clave de la persona que los encontró.

Aquellos listillos que se marcharon de un taxi sin pagar y tuvieron la mala pata de dejarse algo en el vehículo tienen que pagar la carrera si desean recuperar lo que olvidaron.

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