El primer folletín europeo no consigue pasar el examen de la audiencia
"No se edifica un imperio sin hacer horas extras". La máxima es de un perfumnero de ficción, el patrón de la familia De Courcey, jefe de una dinastía francesa que protagoniza Riviera, una serie en cuya financiación ha participado la Federación de Organismos de Televisiones Autonómicas (FORTA), y que se vendió a bombo y plantillo como la alternativa europea a los culebrones como Dallas y Falcon Crest. En TV-3, la audiencia no superaba en julio el 4% -menos de la mitad de la serie británica Gent del barri (East Enders), que tras varios años en antena se mantiene en un digno 10%-, y en Francia, en donde la emite TF-1, el índice de audiencia se ha encallado en el 4,4%, a pesar de que está ambientada en el país galo.
Para hacer Riviera sí se han necesitado muchas horas extras. Los 260 capítulos de los que consta la serie se han rodado a un ritmo de uno diario, es decir, de 26 minutos de ficción válidos por cada jornada de rodaje. Nada que ver, pues, con los tres o cuatro minutos válidos diarios con los que los perezosos ci.neastas se dan por satisfechos. Pero ni aplicando la máxima del perfumero se ha podido salvar del fracaso este embrión de folletín europeo.Si en Francia el pinchazo ha sido rotundo, en España tampoco ha funcionado. Los mismos directivos de TV-3 han reconocido que a partir de ahora se lo pensarán dos veces antes de volver a involucrarse en un proyecto como éste, y la Televisión de Galicia tuvo que retirar la serie de la hora de prime time en que la tenía colocada debido al poco enganche que tenía entre el público. En Telemadrid, en donde también se emite el culebrón, no han facilitado las cifras de audiencia.
Pasiones
Riviera puede resumirse, según su guionista, de este modo: "El sol hace más brillante aún el oro y exacerba las pasiones". La mitad del oro del presupuesto lo ha aportado TF-1 y el resto lo han conseguido entre Unilever y Lintas-Paris, empresas publicitarias dedicadas a buscar compradores en varios países. Entre éstos figuran Rete 4 (Italia), Granada TV (Re'ino Unido), Studio Hamburg (Alemania) y la FORTA, que participan en régimen de coproductores. Y lo que exacerba las pasiones es el 4,4% de audiencia, que, sin ser un auténtico desastre -las 18 horas y los meses de julio y agosto no son el desiderátum de un productor-, no justifica el empeño y afila los instintos francófonos del CSA.
En Francia, en donde la serie se consideraba un producto estrictamente nacional, la falta de eco popular ha afectado, incluso, a su futuro legal. El Consell Superleur de l'Audiovisuel (CSA) parece irritado porque no se respetan las cuotas establecidas de antemano: sólo 15 de los 22 actores principales son franceses; la serie se emite sin nombre de realizador porque los tres franceses que empezaron el trabajo han sido sustituidos por el americano Gregory Lehane, y la totalidad de los episodios se está rodando en inglés, sin que eso haya servido para facilitar su difusión internacional en el área anglosajona.
Si el CSA opta por retirarle la nacionalidad francesa a Riviera, su 4,4% se convertiría en un drama al no servir ni tan sólo para cubrir con las obligaciones respecto a la producción nacional.
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