_
_
_
_

La ciudad que no veranea

Elsa Fernández-Santos

La fotografía de un Madrid vacío, casi fantasmagórico, fue por los años setenta primera página de muchos diarios e imagen del por aquel entonces único telediario. Hoy esa foto se suma a otras imágenes del pasado, y la ciudad, aunque poco a poco se vacía, no alcanza aquellos grados de desertización. A los fieles que permanecían en Madrid se les han sumado otros miles que también han querido disfrutar del agosto madrileño, despojando de esta manera a la ciudad de su único mes de descanso.El viernes día 2, en el Parque de Atracciones no cabía un alfiler. Las colas eran de media hora, y el público, que apenas era forastero, intentaba disfrutar de este nuevo agosto madrileño. Algo parecido ocurría el jueves día 1 en un hipermercado del barrio de Moratalaz donde prácticamente no quedaban carros de la compra. El enorme local también estaba lleno.

Como lo estaba, pero de coches, la Gran Vía, a pesar de que el tráfico ya se había reducido un 8% con respecto a la media del mes de julio. Antonio López, un taxista de 47 años, padecía el atasco mientras comentaba que desde hace dos años veranea en Madrid: "Antes nos íbamos a la playa. Pero hace cinco años me compré una casa en Galapagar, y hace dos me construí una piscina. Ahora trabajo casi todo el mes y descanso los fines de semana en mi piscina".

Ésta no es la suerte de Paco y David, dos estudiantes que durante el verano trabajan repartiendo folletos en la puerta del Museo del Prado, otro de los lugares madrileños que ni en agosto descansa. Como no reposan las 47 calles levantadas por Gas Madrid, ni las 124 vías planchadas por la Operación Asfalto.

Baden-Baden

"Tengo que estudiar y no tengo un duro. Además, de mi barrio casi no se va gente", comenta Paco, de 21 años, que vive cerca de las terrazas de Rosales, que sí hacen su agosto. Mientras, muchos añoran los veranos en que encontrar un restaurante abierto era toda una aventura y tenían que recurrir al libro de Manu Eléxpuru: 200 lugares donde comer en Madrid en agosto, o los que parafraseaban la popular frase: "En Madrid, solo, con dinero y en agosto: Baden-Baden".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_