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'Pasarela anti-Cibeles'

Cuatro mujeres concejales debutan como modelos en un desfile de moda en Orcasitas

Francisco Peregil

El primer desfile de Christian Dior en el Moscú de la perestroika debió de ser muy similar al que se celebró el pasado jueves en Orcasitas. Era de noche y había cuatro concejales del Ayuntamiento de Madrid nerviosísimas y dispuestas a debutar en una pasarela de modas. Había también 15 fotógrafos, 22 jóvenes aspirantes a modelos y 80 vestidos que salieron de las manos de las alumnas de un curso de patronaje subvencionado por la Administración regional. El resto era Orcasitas: el barrio de Madrid con mayor índice de paro.

Las 400 personas -en su mayoría amas de casas y pensionistas- que acudieron al centro de formación del barrio llegaron con el firme deseo de dejarse sorprender. Y lo consiguieron con creces.Sorprendidas, extasiadas y silbando piropos estuvieron al principio las jóvenes que se encontraban entre el público cuando apareció con esmoquin el presentador de Telemadrid Curro Castillo.

El periodista les contó lo que ya sabían: que las alumnas de Pasarela Madrid no habían cobrado nada por desfilar, que las alumnas del curso de confección habían tenido que hacer una rifa para pagar las telas de los vestidos y que el gran artífice de todo fue el concejal de Izquierda Unida y dirigente vecinal del barrio de Orcasitas Félix López Rey.

Aplausos y más aplausos para todos, incluidos los decoradores. Las flores que adornaban la espléndida pasarela verde las habían colocado los alumnos del curso de jardinería, cuyo profesor es un insumiso punki sobre el que pesa una orden de búsqueda y captura por negarse a cumplir el servicio militar. Para sus alumnos también hubo aplausos.

Y sorprendidas y alucinadas, a carcajada limpia, quedaron también algunas amas de casa cuando le veían el culo desde sus sillas a algunas chicas a las que se les levantaba el vuelo de las faldas. "Mira, je, je, cómo se sujeta el vestido para que no se le vea la teta", comentaba una señora a su vecina mientras señalaba con el dedo a otra modelo, azorada ante la evidencia de su pecho.

La cintura de los chicos

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Las concejales madrileñas aparecieron de la mano de cuatro mancebos vestidas de verde y mirando temblorosas hacia los fotógrafos. "Ahí, ahí, quédate así un momento", gritaban los gráficos, y ellas posaban y decían: "¿Vale así?", mientras se ceñían a la cintura de los chicos con mayor o menor naturalidad.Esperanza Aguirre, del Partido Popular, aseguró sentirse muy relajada en todo momento. Aguirre, responsable del área municipal de Medio Ambiente, es también la cuarta teniente de alcalde en el equipo de José María Álvarez del Manzano. Mientras tanto, Marisa Castro, de Izquierda Unida, reconoció haberlo pasado mal, porque, claro, "nunca se sabe cómo va a reaccionar el público". Begoña Sanjosé, de Izquierda Unida, y Pilar García, del partido socialista, también salieron dignamente del trance en que las embarcó Félix López Rey. Sin embargo, ninguna de ellas posó con los bañadores, que fueron el modelo de mayor éxito en el desfile sin lugar a dudas.

A los aspirantes a modelos les faltaba la agresividad y convicción de los profesionales que andan por la pasarela y al ritmo de la música parecen decir: "Aquí estoy yo, y ay del que no me aplauda". Ellas y ellos más bien parecían los novios de una boda, pero el público se partía las manos aplaudiendo.

Sin dinero

La nota realista la puso Tomás Candelas, propietario de Pasarela Madrid, quien al concluir el acto dijo que vale, vale, muy bonito y emotivo, pero las 40 chicas que participaron en el curso de confección no llegarán a nada, y eso es lo malo. "En este mundo no se va a ningún sitio sin dinero, porque un desfile como éste puede costar tres millones, y normalmente lo pagan los propios diseñadores".El caso es que aquello era Orcasitas, que los carteles del acto los hizo Salva -el hijo de Adela, la conserje-; el acomodador fue Felipe, el de la EMT, y la tela de los vestidos eran casi siempre forros de pésima calidad.

Las modelos terminaron contentísimas con el público, y la gente, muy contenta por las piernas de ellas y, sobre todo, por los ojos azules de un modelo rubio que levantó los mejores silbidos. Un desfile auténtico en toda regla. Como dijo al final el concejal Félix López Rey, era exactamente una pasarela anti-Cibeles.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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