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Gorvachov logra salvar su plan de reforma del partido comunista

El presidente soviético, Mijail Gorbachov, logró superar ayer la resistencia conservadora a la aprobación de su plan para reformar drásticamente el partido comunista, hasta el extremo de abjurar del marxismo y convertirse a la socialdemocracia. Menos de 15 de los 412 miembros de] Comité Central (Parlamento del PCUS) votaron en contra de un programa que, tras ser sometido a diversos retoques y a un debate interno, será objeto de una discusión a fondo en un congreso extraordinario a celebrar a finales de¡ presente año.

Los ortodoxos, enemigos del impulsor de la perestroika, mostraron su falta de entusiasmo con un proyecto cuya adopción supondría en la práctica la muerte del PCUS, que perdería no sólo su contenido ideológico, sino incluso el nombre. "El modelo impuesto en el partido y en la sociedad", dijo Gorbachov, "durante décadas ha sufrido una derrota estratégica. Debemos hacer frente a un cambio drástico de todos nuestros puntos de vista. No encontraríamos respuesta a nuestras preguntas trabajando con el viejo modelo".Sin embargo, durante el pleno del Comité Central concluido ayer, los conservadores renunciaron a plantar cara a Gorbachov (en el anterior, celebrado en abril, llegaron a pedir su dimisión). Todo indica que esperarán al próximo congreso para librar la batalla final. El líder del Kremlin se ha apuntado una victoria táctica en difíciles circunstancias. Varios de los oradores que apoyaban su plan reformista ni siquiera pudieron terminar sus intervenciones ante las protestas y silbidos de quienes finalmente darían su aprobación de principio al programa, que será sometido a unos retoques cuya profundidad se desconoce.

Los ortodoxos condenaron la socialdemocratización del PCUS", sin dejarse convencer por Gorbachov, que aseguró que el enemigo no está ahí, ya que han desaparecido las diferencias históricas entre socialdemócratas y comunistas, sino en las corrientes antisocialistas y nacional-chovinistas.

El Parlamento comunista eligió a nuevos miembros para cubrir huecos como el del ex ministro de Exteriores Edvard Shevardnadze, impulsor de un movimiento socialdemócrata del mismo carácter del partido que ahora propugna Gorbachov.

Los conservadores fracasaron también en su intento de lograr que la resolución del Comité Central que condena la decisión del presidente ruso, Borís Yeltsin, de suprimir las células del PCUS en empresas e instituciones incluyera la amenaza de un decreto presidencial.

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