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TOUR DE FRANCIA 1991

Mauri se quedo sin premio tras una larga escapada

Luis Gómez

El Tour ha terminado, pero nadie quiere irse de vacío. Un líder generoso como Induráin, que vive y deja vivir -en opinión de su director, Echávarri-, ha decidido abstenerse de intervenir en el llamado Tour de consolación. Muchos buscan ahora su oportunidad. Es el momento, pero no es una conquista gratuita. Que se lo digan a Mauri, protagonista de una escapada que duró más de 100 kilómetros, de los 177 de la etapa, y acabó en nada. Su compañero de equipo Chozas tuvo más éxito. Un acelerón le permitió superar a Delgado y ahora es décimo en la general.

Una victoria de etapa es todavía un botín apetecible: el soviético Konishev se hizo con una mientras LeMond volvía a despistar a los rumorólogos y obtenía más de minuto y medio de renta imprevista gracias a un ataque en el último tramo.Veintidós equipos y 198 corredores tomaron la salida en Lyón hace escasamente tres semanas. No todos los objetivos eran coincidentes, pero cada cual buscaba algún trozo de tan importante pastel, desde el más modesto hasta el más afamado, porque el Tour difunde su prestigio por muchos vericuetos. Entre ellos están tres equipos españoles que buscan en estas fechas algún éxito reparador.

No fue extraño, por tanto, que la etapa se despertara con el madrugador ataque de Melchor Mauri, que tuvo su inicio allá por el kilómetro cuatro cuando se inició el litigio por un puerto de cuarta categoría, conflicto por el que aún andan ajustando cuentas Chiapucci y Claveyrolat. Mauri se fue con ellos pero con otra intención, la de obtener licencia para una. escapada. Así sucedió y su ventaja fue aumentando hasta los ocho minutos entre el desinterés y la apatía del pelotón, según rezan los comunicados de la organización.

La desgracia de Mauri estuvo en que el pelotón desperezó de golpe, acelerado imprevistamente por corredores; del Buckler holandés y el Gatorade italiano. En apenas 20 kilómetros, su ventaja se esfumó y terminó formando parte de las anécdotas.

La escapada buena la provocaron Konishev y Richard, con permiso del líder, autorización que en su momento tuvieron también corredores como Rooks, Gastón, Chozas y el mismísimo LeMond, aparentemente interesado en confundir a la prensa de un día para otro. Mientras su entorno expone públicamente que el norteamericano es carne de abandono, el ex líder del Tour niega la mayor protagonizando escapadas más espectaculares que efectivas. Cuando parece francamente recuperado contesta a esa impresión con un desfallecimiento igualmente sorprendente. La resultante final es b¡en sencilla: LeMond, esté por delante o demabule por detrás, atrae el foco de la cámara. No sería aventurado pensar que este fenómeno tan curioso no responde a otra cosa que a una campaña publicitaria sabiamente diseñada. Minuto por minuto, Lemond parece haber disfrutado de mayor despliegue televisivo que el propio Induráin en esta tercera semana.

Mucha menor suerte tienen corredores de la pasta de Eduardo Chozas, cuya constante actividad corre el peligro de pasar inadvertida. Chozas contestó ayer al desfallecimiento del miércoles colocándose en una escapada y robándole el décimo puesto de la general al propio Pedro Delgado. Chozas ha buscado la victoria de etapa con gran empeño, pero no ha tenido suerte.

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